martes, 28 de abril de 2015

AGUIRRE NO QUIERE COLCHONES EN LA CALLE, LE VAN MÁS LOS SOFÁS

Esperanza Aguirre ha entrado con fuerza en la precampaña porque sabe que se la juega el próximo 24 de mayo en las elecciones autonómicas y municipales. Está dispuesta a ganar. O al menos a no perder, que no es lo mismo. 
La lideresa y candidata del PP a la Alcaldía de Madrid va por libre, distanciada de su partido, porque sabe que tiene más tirón sola que mal acompañada. Esperanza Aguirre hace tiempo que ha dejado claro que ella es como es. Políticamente incorrecta, liberal a mucha honra, está de vuelta de todo, o eso parece, cuando habla sin importarle si lo que dice es bueno o malo para el PP. Yo diría que al igual que Oscar Wilde, Aguirre piensa que "hablen mal de uno es espantoso, pero hay algo peor, que no hablen". 
Desde su designación como candidata, Esperanza se ha lanzado a la arena preelectoral recorriéndose Madrid de cabo a rabo con su particular carrera para convertirse en la próxima alcaldesa de la capital. Y no deja indiferente a nadie, ni dentro ni fuera del PP. Para bien o para mal. Muy como es ella. Saliendo en los medios y diciendo lo que le da la gana cuando le da la gana, que para eso ella ya ha sido de todo en política, excepto presidenta del Gobierno de España. 
Lo primero es "escuchar" la voz de los ciudadanos, dice. Para lo cual ha sacado un sofá a la calle. Un sofá hinchable donde la candidata anima a los ciudadanos a sentarse con ella para conocer de primera mano sus preocupaciones y peticiones. Aguirre dice que su objetivo es "hacer una campaña cercana al ciudadano" y por eso ella y su 'chester' recorrerán todos los distritos de Madrid. Brillante y original, todo hay que decirlo.
Del sofá en la calle hemos pasado a poner pegas a los colchones en la calle. Sofás sí, pero colchones no. Porque a Aguirre esto de que los sin techo pasen la noche al raso con colchones, pues no le parece bien. No. Dice que dan muy mala imagen y eso perjudica al turismo y a los vecinos.
Desde su 'chester' blanco de tres cuerpos, Aguirre ha dicho que no sabe por qué dormir en la calle está permitido. Es algo, asegura, que quiere estudiar a fondo pero parece que lo tiene bastante claro. "En todas partes donde voy, la mayor queja que hay de los vecinos es que no pueden disfrutar de los parques, las zonas verdes y espacios libres, por la presencia de ciudadanos (sin techo), generalmente extranjeros". Una situación que "hay que estudiar y erradicar en Madrid". Aguirre, además, considera que estas personas "ahuyentan a los visitantes". Así que la alcaldable popular va a estudiar la forma para que estas personas duerman en albergues, quieran o no. ¡La repera patatera!
Ha sido decir esto y a los medios les ha faltado tiempo para tirar de hemeroteca y recordar unas declaraciones de la mismísima Esperanza Aguirre en 2011 en contra de la propuesta del entonces alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, de sacar a los mendigos de las calles. "No soy amiga de privar a a nadie de sus derechos", decía la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, quien creía que era mejor dormir en un albergue, pero aseguraba respetar que hubiera ciudadanos que prefirieran la calle. ¿Es que Aguirre ya no es partidaria de respetar los derechos de los mendigos? 
Cierto es que ella y Gallardón se llevaban peor que mal. Del mismo partido, sí. Pero enemigos declarados. Y quizá entonces ella habló así sólo para llevarle la contraria al que era alcalde de Madrid, ahora retirado de la política tras su paso más que polémico por el Ministerio de Justicia. Puede ser que entonces no necesitara como ahora obtener los votos de una parte muy concreta del electorado que no quiere encontrarse por la noche con mendigos durmiendo en las calles. 
A Esperanza parece importarle poco que le recuerden lo que decía en 2011. Ni se molesta en contestar sobre este aparente cambio de opinión. No estamos hablando de cualquier persona. Sino de la Esperanza Aguirre que se dio a la fuga, según han contado los agentes que la multaron en la Gran Vía de Madrid por dejar su coche en segunda fila cuando sacaba dinero de un cajero. La Esperanza Aguirre que, cuando decide que se ha acabado una entrevista se levanta y se va, como hizo con Jordi Évole en 'Salvados'. La Esperanza Aguirre que asegura, sin despeinarse, que ella destapó la trama Gürtel.
Una mujer que ha dicho a su partido que no es ningún monigote, que ha salido ilesa de un accidente de helicóptero y de un atentado terrorista en Bombay, que si tiene que bailar, baila, y si tiene que llamar hijode...a alguien, se lo llama, realmente le importa poco o nada que le saquen lo que dijo en 2011. Ella se pone el mundo por montera. 
Su objteivo está claro: ser alcaldesa. Y lo quiere conseguir a toda costa. Y si para eso hay que decir que va a sacar a los mendigos y sus colchones de las calles, pues lo dice. Sabe que no va conseguir mayoría absoluta el 24 de mayo, pero cree que puede ganar. Y si eso ocurre sabrá que habrá sido su victoria y le habrá ganado también el pulso a sus enemigos en el PP. Después ya llegará el momento de pactar. Con quien sea, ha dicho. Con quien sea...


                      Aguirre en su 'chester' en la calle conversando con los ciudadanos.


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