domingo, 31 de julio de 2016

#INVESTIDURA: PERSONALISMOS VS SENTIDO DE ESTADO

Con el alma en vilo estaba yo el jueves por la tarde, atenta a lo que decía Mariano Rajoy en su rueda de prensa posterior al encuentro con Felipe VI, por si le daba por declinar por segunda vez, en vista de cómo está el patio. No esperaba que el líder del PP fuera al grano, así que se puso a hablar de lo bien que va España (su España, claro) hasta que, por fin, llegó a lo que nos ocupaba."El rey me ha propuesto como candidato a la investidura" pero "le he dicho que no cuento con los apoyos"...
Lo ha vuelto a hacer, pienso alarmada. Una pausa. Suspense. Retoma la palabra: "…aún así, he aceptado el encargo". Bueno, no ha pasado nada, me digo y sigo escribiendo. Estaba terminando la noticia cuando se produjo ese 'momento Rajoy' del depende, del sí pero no, en el que dejó caer que, si no cuenta con apoyos suficientes, igual no se presenta. Ante la insistencia de los periodistas que estaban en La Moncloa para que aclarara sus intenciones, el Rajoy críptico hizo su aparición y contestó: "No conviene en ninguna faceta de la vida adelantar acontecimientos”. Es decir, “metamos presión a los que pueden facilitarme la elección, al PSOE y a Ciudadanos, sobre todo”. Los líderes de los dos partidos han sido citados por el propio Rajoy en el Congreso el martes y el miércoles, respectivamente. 
Pedro Sánchez va a la reunión para decirle lo que ya sabemos. Que el PSOE votará no a su investidura pero que hará una oposición leal y abierta al diálogo. 
-¿Aunque Rajoy apele al sentido de Estado y le diga que su abstención es crucial y amenace con no presentarse? La postura del Partido Socialista es inamovible. Es el turno de Rajoy. Que busque apoyos entre sus afines y el PSOE no está entre ellos. No es no. Además, ¿por qué va el PSOE, el rival histórico del PP, a facilitar la investidura de Rajoy? El PP no facilitó la investidura de Sánchez en la breve legislatura anterior". Muy edificante esto de "como no me has votado, yo a ti tampoco". 
Albert Rivera va a la reunión con Rajoy para decirle lo que ya sabemos. Que Ciudadanos ya ha movido ficha y, con gran esfuerzo, se abstendrá en la segunda votación porque en la primera votará no y que Rajoy debe convencer al PSOE para que también se abstenga. Y eso lo dice un partido - el naranja - que lleva por bandera el sentido de Estado por encima de nombres y sillones, por encima del propio partido.  ¿Cómo va a explicar el cambio del sentido del voto en 48 horas? Fácil. Apelando a la necesidad de desbloquear la situación y a la responsabilidad para evitar terceras elecciones. 
Ciudadanos no quiere ser el partido que permita a Rajoy seguir en el Gobierno y quiere repartirse el marrón con los socialistas. Pero no es lo mismo y los de Rivera lo saben o deberían saberlo. El partido naranja no quiere ir ni a la vuelta de la esquina con un Gobierno presidido por Rajoy. Si fuera otro el candidato del PP, todavía, pero Rajoy, no. El Rajoy de la Gürtel, del sé fuerte Luis (Bárcenas), el de Rita Barberá...no, Ciudadanos apuesta por un gobierno con las manos limpias. Siempre, claro está, que la persona que sustituya a Rajoy, en el hipotético pero improbable caso de que esto ocurra, no sean ni Sáenz de Santamaría, ni Cospedal, ni Fernández Díaz, ni...
Hasta ahora, me parecían razonables estos vetos. Digo hasta ahora porque no me explico que C's haya pactado con el PP que la presidenta del Congreso sea, nada más y nada menos, que la persona de más confianza de Rajoy en el partido, su mano derecha desde hace más de 20 años, leal a Rajoy y al PP hasta las trancas, ministra con Rajoy pero también con Aznar. Por mucho que nos guste Ana Pastor, decir que representa la renovación en el PP es una tomadura de pelo, la verdad.

Más allá del paripé de las reuniones del martes y el miércoles, lo único cierto es que empieza agosto y el panorama es desolador. Los políticos podrán contarnos que se quedan sin vacaciones, pero de nada servirá esta puesta en escena si llega la última semana de agosto y suspenden de nuevo, como parece. Ojalá me equivoque pero mientras prevalezcan los personalismos de unos y otros, será difícil que se imponga el sentido de Estado, al tiempo que la sombra de las terceras elecciones, esas que no quiere nadie, continuará creciendo. 

Congreso de los Diputados.




lunes, 4 de julio de 2016

¿LLEGARÁN ESTA VEZ LOS POLÍTICOS A LA CASILLA 63?

Han pasado unos días desde las elecciones del 26J y los candidatos se preparan, de nuevo, para situarse en la casilla de salida de este gran tablero de la Oca en el que se ha convertido la vida política española. En la partida anterior todos quedaron atrapados en el Laberinto, ese que obliga a los jugadores a retroceder hasta la casilla 30 cuando han logrado llegar a la 42 y la meta parece muy cerca. Del laberinto al 30, del pacto al no pacto; así han estado los representantes de los partidos cuatro meses largos. Ninguno logró llegar al Jardín de la Oca, a la casilla 63. 
Le toca lanzar el dado y mover ficha, en primer lugar, a Mariano Rajoy, por ser su partido el más votado el 26J. En la partida anterior hizo trampa al sacarse de la manga una regla no escrita por la que declinó graciosamente lanzar el dado, pasando el turno a otro; quiso hacernos creer que había caído en el Pozo y que no podía seguir jugando hasta que no cayera otro participante, léase Pedro Sánchez. 
Al igual que entonces, Rajoy no tiene mayoría suficiente y necesita el apoyo de otros partidos para superar la investidua y seguir gobernando. Sus 137 diputados están lejos de la ansiada mayoría absoluta de 176 escaños. Eso hubiera sido como llegar a la casilla 63 saltando de oca en oca sin dejar que jugaran los otros candidatos. Como no es el caso, el presidente del Gobierno en funciones tiene que negociar, porque no puede decirle al rey, otra vez, que se reserva, que se queda en el Pozo esperando que otros caigan; hombre, como poder, puede, pero si declina de nuevo sería la repanocha. 
No, esta vez parece dispusto a ser el que primero lance el dado y ya ha anunciado que quiere hablar con todos los partidos, incluidos los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes de Puigdemont. Hablará con todos, sí, pero lo que en realidad quiere el líder del PP, según he leído en algún medio de comunicación, no sin perplejidad, es un "gobierno de salvación" del PP con PSOE y Ciudadanos. De salvación de él, entiendo que es...a ver si nos lo explica. En cualquier caso, es bastante improbable que lo logre. 
Es evidente que los apoyos, no es que no le vayan a salir gratis a Rajoy, es que le van a salir carísimos; yo diría que incluso más que al Aznar que hablaba catalán en la intimidad con Pujol o que hubiera sido capaz de marcarse un aurresku para agradar a Arzalluz; ambos se cobraron a precio de oro el apoyo de legislatura al entonces líder del PP. Veremos hasta dónde es capaz de llegar Rajoy aprovechando que estamos en plena época de rebajas de verano.
En cuanto a sus posibilidades para ser investido, el panorama en estos primeros momentos es desolador. Si tuviera que apostarme una comida a que habrá terceras elecciones, no lo dudaría porque cuando oigo al resto de los participantes expresar sus posiciones es como escuchar un disco rayado. Del "qué parte del no, no ha entendido", al nosotros no vetamos pero no queremos a Rajoy pasando por los llamamientos a la gran coalición de izquierdas. Esas mismas consignas que nos llevaron a celebrar unas nuevas elecciones seis meses después del 20D. Los mismos jugadores, los mismo discursos. 
El 19 de julio se constituyen las Cortes. Se eligen los miembros de las mesas del Congreso y del Senado, para lo cual, los grupos parlamentarios deberán haber llegado a acuerdos que nos darán una idea de por dónde van a ir las negociaciones para la investidura de Rajoy, si es que decide presentarse, o del que sea que cuente con los apoyos suficientes. 
Yo lo que de verdad quiero es que, esta vez, lleguen a la casilla 63, aunque pierda una comida. 


Tablero del Juego de la Oca.



  






















miércoles, 15 de junio de 2016

#26J - EL INMOVILISMO DE LOS CANDIDATOS NO AUGURA NADA BUENO

El 26 de junio los españoles mayores de edad estamos llamados a las urnas para elegir a los diputados y senadores que nos representarán en las Cortes Generales durante los próximos cuatro años...bueno, quien dice cuatro años dice seis meses; y es que, a estas alturas, todo el mundo sabe que la incapacidad de los políticos por llegar a un acuerdo para formar gobierno después de las elecciones generales del 20 de diciembre, nos ha llevado a la situación actual. 
De nuevo estamos en campaña, otra vez los mítines, las promesas, las visitas a los mercados, los besos a los bebés, los bailes...lo típico, vamos, pero en pleno junio, con el caloret a cuestas, los niños sin colegio, las fiestas de San Juan y las maletas hechas para salir de vacaciones ¡Un despropósito!
Aún así, lo que más me llama la atención de este atípico momento político que ya se conoce como 'el día de la marmota', en alusión a la famosa película protagonizada por Bill Murray y que en España se tituló 'Atrapado en el Tiempo', lo que me choca, es que se presenten a estas elecciones los mismos candidatos a la Presidencia del Gobierno que lo hicieron el 20D y han llevado al país a esta especie de bucle; sí, sí, los mismos que fracasaron repiten y, lo que es más increíble de todo, nos piden a los ciudadanos una segunda oportunidad, que reflexionemos bien a quién vamos votar, como si en diciembre hubieramos cogido las papeletas a voleo. 
Mariano, Pedro, Pablo y Albert aseguran que de esta no pasa, que después del 26J "seguro" que hay Gobierno. Si hubiera risas enlatadas como en las series anglosajonas, ahora se oirían las carcajadas. Y es que sólo hay que prestar atención a lo que dijeron la noche del lunes en el famoso debate a cuatro: haremos lo mismo, dijeron con mayor o con menor contundencia. ¡Lo mismo! En ese caso la XII Legislatura puede ser incluso más corta que la XI, que no llegó a los cuatro meses.  
Si van a seguir en sus trece, ¿cómo es posible que afirmen que después del 26J vamos a tener Gobierno? No hago más que darle vueltas al asunto, sobre todo tras comprobar en el debate cómo ninguno se apeó de sus vetos, los mismos que impidieron un acuerdo a finales de abril. 
Puede que alguno crea que los resultados electorales van a ser muy diferentes a los del 20D; que el día 26 un partido logrará rozar la mayoría absoluta y sólo necesitará unos pocos escaños para poder formar gobierno. El PNV y sus previsibles 6 ó 7 escaños están siempre disponibles ya sea a izquierda o a derecha, eso sí, a cambio de las correspondientes contraprestaciones. No parece que eso vaya a ocurrir. 
Según las encuestas - es cierto que los sondeos se equivocan y son lo que son, tendencias nada más - los ciudadanos no les vamos a hacer los deberes a los políticos y es más que probable que los resultados del 26J sean parecidos a los de diciembre, independientemente de si Unidos Podemos y las confluencias se sitúan como segunda fuerza más votada por delante del PSOE o no.
Para evitar esto, para intentar acercarse a la cifra mágica de los 176 escaños, las maquinarias de los partidos se han puesto en marcha y de qué manera. Su principal objetivo es ese 32 por ciento de indecisos que, según el CIS, dice que va a ir a votar pero no sabe a quién. 
La campaña está siendo más de calle, por aquello de no gastar mucho ni cansar demasiado al respetable, con actos en parques, en plazas, en lugares hasta ahora atípicos para los partidos grandes. Los candidatos saludan, hablan con todo el que se le pone delante, bailan como si no hubiera un mañana, comen helado, ponen cañas, y asisten a programas en los que se someten al juicio de niños o se hacen fotos con desconocidos; pero, sobre todo, se graban a sí mismos con más o menos acierto a través de Periscope. En fin, queda aún bastante campaña por delante y seguro que los políticos aún nos van a dejar más momentos inolvidables. 
Lo importante es que el 26 de junio volvermos a las urnas. Dice Albert Rivera que esto no es un problema de personas ni de sillas. Discrepo con él. De hecho creo que la clave de lo que ocurra después de las elecciones en el caso de que no haya un claro ganador, está en las personas, en los candidatos de los cuatro partidos mayoritarios. 
Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera tendrán que esforzarse más (unos por primera vez) para sacarnos del bucle en el que nos han metido, y para ello deberán renunciar a sus intereses personales, a sus deseos de poder, y acabar con declaraciones como las que estamos escuchando que apuntan a todo menos a un acuerdo; deberán sustituir "no", "nunca", "jamás", por expresiones menos tajantes; deberán renunciar a los vetos y ceder, permitiendo con el voto a favor o con la abstención que uno de ellos sea investido presidente del Gobierno. De lo contrario, tendrían que sucederse las dimisiones, si es que no se han producido en algún caso la misma noche electoral, porque una cosa tengo clara y es que los españoles somos capaces de ir a unas terceras elecciones, pero no con los mismos candidatos.  

Los candidatos de PP, PSOE, C's y Unidos-Podemos antes del Debate13J. 













lunes, 6 de junio de 2016

EL MEDITERRÁNEO, EL CEMENTERIO DE LA VERGÜENZA DEL QUE NADIE QUIERE ACORDARSE

1, 2, 3, 4....así hasta 1.083. Este es el número de personas - entre mujeres, hombres y niños - con sus nombres y apellidos, con sus historias a cuestas, que el Mediterráneo se ha tragado sólo durante la pasada semana. ¡1.083 personas en una semana! Todas ellas han muerto ahogadas en ese mar que se ha convertido ya en el cementerio de la vergüenza para quienes vivimos a este lado de Europa; sí, para los que vivimos en esta Unión Europea cuyos dirigentes miran para otro lado ante el horror de esas muertes. Cadáveres que en ocasiones el mar devuelve a tierra, como hace pocos días cuando fueron hallados en las playas de la costa oeste de Libia 117 cuerpos;  imágenes sobrecogedoras que no hacen sino remover nuestras conciencias y hacernos sentir impotentes y culpables a partes iguales.
No es la primera vez que escribo sobre barcazas hundidas en medio del Mediterráneo y, mucho me temo, que no será la última; no, mientras no se pongan de acuerdo los políticos de la UE para actuar sobre el terreno e impedir que las mafias sigan llenándose los bolsillos a costa de la ilusión por lograr una vida mejor o a costa de la desesperación de quienes se ven obligados a huir de guerras, persecuciones y asesinatos de gobiernos arbitrarios.
A estas migraciones procedentes en su mayoría de países en conflicto del África subsahariana, se añade el flujo migratorio causado por las interminables guerras en países como Irán o Afganistán, que ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes desde la segunda guerra mundial, según denuncia Naciones Unidas. Da igual si proceden de Irán, de Sudán, de Afganistán, de Malí...todas estas gentes necesitan ser acogidas por una Europa que no las quiere, una Europa cuyos gobernantes no son capaces de buscar soluciones a este terrible drama humano. Todo lo que se les ha ocurrido es pagar a Turquía para quitárselos de encima - un acuerdo, por cierto, que Amnistía Internacional ha denunciado por considerarlo ilegal, solicitando a la UE que paralice de inmediato las devoluciones. 
Mientras, seguimos viendo los campamentos atestados de mujeres, hombres y niños; como si fueran animales, detrás de vallas de alambrada levantadas con una rapidez inaudita por las autoridades locales, en condiciones infrahumanas, y con la única ayuda de las ONGs. Siempre las ONGs. Al horror de estos campamentos hay que añadir los miles de desaparecidos - sobre todo niños y niñas - de los que se desconoce sus paradero pero que llegaron a Europa. Y el peor de los dramas, el de los muertos en el mar Mediterráneo de los que hablaba al comienzo. Los datos son difíciles de asumir. Sólo en los cinco primeros meses de 2016 y hasta el 31 de mayo, 2.443 han perdido la vida, mientras que 205.509 migrantes y refugiados han llegado a Europa por vía marítima, desembarcando en Italia, Grecia, Chipre y España, según la Organización Internacional para las Migraciones. 
No espero que los políticos españoles, enfrascados en una nueva campaña electoral - por mucho que la llamemos precampaña - aporten soluciones al drama de la emigración y de los refugiados. No espero que sean capaces de llegar a un acuerdo en torno a este delicado y urgente tema de carácter humanitario. Y no lo espero porque el domingo comprobé abochornada y con pena cómo quienes dicen ser los representantes de una nueva forma de hacer política cayeron en lo peor de la vieja política, en la demagogia, utilizando a los refugiados como arma arrojadiza electoral. No lo esperaba ni de Pablo Iglesias ni de Albert Rivera. Pero eso es lo que pasó en Salvados, el programa de Jordi Évole.
Escuchar a Rivera acusar a Iglesias de demagogia por ir a Grecia a "abrazar a Tsipras" mientras él había ido a "abrazar a niños" refugiados, me pareció muy desafortunado y tan demagógico como cuando Iglesias acusó a Rivera de ir a los campamentos a hacerse fotos para sacar rédito electoral. A favor de Rivera diré que fue el primer candidato que visitó varios campos de refugiados en Grecia. ¿Por motivos electoralistas? por lo que sea, lo importante es que los políticos conozcan de primera mano la realidad de los refugiados. Pedro Sánchez también se acercó pocos días después a dos campos de refugiados en Alemania, pero quienes siguen sin conocer sobre el terreno las penurias de los refugiados son Mariano Rajoy y Pablo Iglesias. Lo del presidente del PP no me sorprende, lo del presidente de Podemos, sí. 
De las muertes en el Mediterráneo, ni una palabra les escuché a nunguno de los dos candidatos de la llamada nueva política. Así que sólo espero que en la campaña que comienza oficialmente el jueves a las doce de la noche y que, por lo que veo, se presenta crispada y subida de tono, los candidatos hablen de los refugiados y de los emigrantes sólo para decir que están dispuestos a llegar a un acuerdo que trate de poner fin al creciente drama de tantas y tantas personas que sueñan con una vida mejor y que se quedan por el camino en ese cementerio de la vergüenza en el que se ha convertido el Mediterráneo.





viernes, 20 de mayo de 2016

EL INDECENTE USO DEL PARLAMENT CATALÁN POR PARTE DE LA CUP Y JpS

La semana que está a punto de acabar nos ha dejado una imagen complicada para quienes creemos que las víctimas de ETA se merecen el respeto de las instituciones. Ver a Arnaldo Otegi entrar con su sonrisa cínica en el Parlament catalán es lamentable y una vergüenza, pero lo realmente grave es que la CUP y Jps utilicen una institución como el Parlament para dar alas a quien acaba de pasar más de seis años en prisión por su vinculación con la organización terrorista y sigue sin condenar las acciones de ésta, ni ha pedido perdón a las familias de las 826 personas asesinadas. 
Con ser indignante la presencia de Otegi en la cámara de representantes de los catalanes, lo peor fue la desfachatez con la que se presentó el ex portavoz de la ilegalizada Batasuna y actual dirigente de Sortu, con ese discurso de prestidigitador de segunda, con una ya conocida retórica falsa y cobarde, al hablar de una España - por supuesto no dijo España sino estado español - que hay que democratizar, y al denunciar el sufrimiento de las familias de etarras encarcelados, a los que sigue refiriéndose como "presos políticos". Si en España no hubiera democracia, Otegi no sé dónde estaría, pero desde luego paseando por las instituciones y dando discursitos de ese tenor, seguro que no. 
Hablar del sufrimiento de las familias de los presos de ETA es repugnante. Esto me recuerda un viaje que hice a Euskadi para palpar el ambiente antes de unas elecciones autonómicas y en una herriko taberna coincidí con una mujer mayor, muy enjoyada, que resultó ser la madre de uno de los terroristas más sanguinarios de ETA y cuya fotografía colgaba de la pared junto a las de otros asesinos. Comenzamos a hablar y de pronto me habló del sufrimiento que le causaba tener a su hijo en una cárcel en el otro extremo del país. "¿Y qué me dice del sufrimiento que su hijo ha causado a las familias de sus víctimas?", le pregunté. Me miró con una frialdad que me puso la piel de gallina y me dijo "lo que hizo mi hijo fue necesario". Mi reacción se resolvió con una amable invitación a abandonar la herriko taberna. Así que Otegi no hace sino repetir lo que llevamos tanto tiempo escuchando, el victimismo de quienes no respetan el derecho a la vida, de quienes creen que el fin justifica los medios aunque ese medio sea el asesinato. 
En ese viaje me entrevisté con Otegi. Me citó en la calle, a las puertas de Anoeta, en medio de una manifestación ilegal. Estaba en su salsa con tantos manifestantes - "con más peligro que una caja de bombas", como él mismo dijo - dispuestos a todo. De hecho, aquello acabó convirtiéndose en una batalla campal entre abertzales y ertzainas, mientras Otegi desapareció, eso sí, después de caldear el ambiente. 
Por eso no me ha sorprendido la actitud de Otegi, el mismo de siempre. Lo que me ha parecido ofensivo, insultante, despreciable, es que la CUP y JpS hayan invitado a este sujeto a visitar el Parlament. La utilización partidista del terrorismo fue una constante durante los años en los que ETA mataba indiscriminadamente y anunciaba sus famosas treguas trampa y había quien en un alarde de generosidad, en plenas negociaciones, se refería a la organización criminal como Movimiento de Liberación Nacional Vasco. En aquellos años se utilizó también de forma torticera a las propias víctimas. Todo muy poco edificante.   
Pensé que después del cese definitivo de la violencia anunciada por ETA en octubre de 2011, poniendo fin a 43 años de terror, los partidos también acabarían con esa práctica indecente de usar el terrorismo con fines partidistas. Ahora compruebo, con pena, que no. 
Los partidos independentistas catalanes han causado un dolor innecesario a las familias de las víctimas de ETA. En su calenturienta carrera hacia ninguna parte, esos partidos han cruzado una línea que hasta ahora habían preferido, con más o menos ambigüedades, no traspasar. El cinismo adoptó cotas impensables cuando la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, dijo que estaba dispuesta a recibir, tras la visita de Otegi, a los representantes de las víctimas de ETA que se encontraban también en el Parlament con diputados del PP y de C's. Intento imaginar qué sentiría yo, en su lugar...
Termino como empecé. Las víctimas de ETA merecen un respeto que la CUP y Jps han demostrado no tener. Ojalá no se repita, ojalá los Otegi de turno no se paseen por las instituciones disfrazados de víctimas mientras son incapaces de pedir perdón por 43 años de terror. 
En política no debería valer todo, pero está visto que aún nos queda mucho camino por recorrer.





lunes, 2 de mayo de 2016

EL 26J LOS POLITICOS ESPERAN QUE LES HAGAMOS LOS DEBERES

"Tó pa ná". Esta frase tan de andar por casa, tan de barra de taberna, tan nuestra, es del portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando y, sin duda, describe a la perfección lo que ha sido la XI Legislatura. Creo que no se pueden resumir mejor estos intensos tres meses y medio en los que la actividad política, el foco de atención dentro y fuera del país se ha centrado en la Cámara baja. El balance no puede ser más negativo y, al final, ni siquiera estamos como después del 20D, estamos peor.
Si tras lo ocurrido en esta legislatura de juguete los actores principales, esos que se han parapetado detrás de sus intereses personales, son los mismos que van a liderar la campaña y sus partidos, no veo cómo van a llegar a un acuerdo tras las elecciones del 26 de Junio.
Es verdad que les hemos oído decir que todo va a ser distinto. Que será una campaña más didáctica, más cercana, más de calle - o de playa y piscina, porque dadas las fechas - más amable...y más barata. Les hemos escuchado, a unos más que a otros, que lo ocurrido ha sido un fracaso y que después del 26J tendrán que dialogar. Se les llena la boca de buenas intenciones, asegurando que en la campaña no hablarán de quién tuvo la culpa de que sigamos con un gobierno en funciones. Todos nos doran la píldora y mantienen que el 20D los españoles votamos fenomenal, que no nos equivocamos poniendo fin al bipartidismo y que, por tanto, la culpa de lo que está pasando en este país no es más que de ellos. En eso sí les doy la razón. 
El problema es que les escucho y el mensaje que me llega es: a ver si votáis mejor el 26J, que lo del 20D fue un desastre. De hecho hoy me he quedado perpleja al escuchar a una dirigente política decir que espera que los ciudadanos reflexionemos bien en junio. Es decir, que lo que quieren es que les hagamos nosotros los deberes. 
Frente a esa actitud propongo que sean ellos los que cambien. En concreto, los líderes de los partidos. No puedo entender que, después de lo que hemos visto estos meses, vuelvan a presentarse como candidatos a La Moncloa los mismos que han fracasado. 
El primero, Mariano Rajoy, que al igual que en las viñetas de Peridis, se ha pasado estos tres meses tumbado fumando un puro. Está claro que su capacidad para sentarse a dialogar es nula. Es posible pero no probable que el presidente del PP quiera salir de la política por la puerta grande, es decir, ganando las elecciones del 26J - mejor dicho, siendo otra vez el PP el partido más votado - y a la hora de tener que buscar apoyos para gobernar, decida dar un paso al lado y pase el testigo a otro miembro de su partido. Sería la mejor muestra de generosidad de Rajoy con su país. La cuestión es saber quién sería ese sustituto o sustituta. 
El segundo que debería dejar de huir hacia adelante es Pedro Sánchez, que lleva corriendo desde el 20D, como he dicho ya demasiadas veces. Un Pedro Sánchez que hoy mismo ha vuelto a decir que "nunca" pactará con el PP. Nunca, señor Sánchez, es una palabra que no es aconsejable utilizar en política. 
El líder socialista confía en que los votantes le apoyen en junio, que por arte de magia votemos al PSOE, olvidándonos del sinsentido en el que se metió cuando pactó con Ciudadanos pero no con la izquierda porque, según él, no sumaba. No voy a insistir en el despropósito que ha sido la actuación del dirigente socialista en todo este tiempo. Soy de las que creo que debió dimitir el 20D por la noche en cuanto supo que el PSOE había obtenido el peor resultado de su historia. Corre el riesgo Sánchez de obtener unos resultados aún peores el 26J. ¿Realmente, no hay nadie en el Partido Socialista que no vea lo que está pasando? Sí, Carme Chacón parece que lo ha visto y no ha querido participar en lo que, todo apunta, puede ser un nuevo revolcón en las urnas - más allá de sus movidas con el PSC.  
En cuanto a Pablo Iglesias y Albert Rivera, no digo que deban dar un paso a un lado, no digo que deban renunciar a ocupar puestos de responsabilidad en un futuro gobierno. Lo dijeron ellos. Dos brindis al sol. Pero deben saber que a los votantes no nos gusta que nos mangoneen, que nos digan que "si yo soy el problema, estoy dispuesto a dar un paso a un lado", "si soy yo el problema, renuncio" y luego sigan como si nada. En cuanto a la capacidad de uno y otro para dialogar, está claro que Rivera ha demostrado tener más cintura que Iglesias. 
En definitiva, los cuatro vuelven a presentarse a las elecciones. Los cuatro candidatos confían en que los votantes les facilitemos las cosas con unos resultados que no exijan demasiado esfuerzo a la hora de pactar un gobierno. Si esto no ocurre, si se mantiene más o menos el actual reparto de escaños en el Congreso, ¿dimitirán o volverán a someter al país a otros tres o cuatro meses de incertidumbre con sus vetos y sus personalismos? ¿Tendremos que volver a decir 'tó pa ná'? ¿habrá que convocar de nuevo unas terceras elecciones y unas cuartas, así hasta que aprendamos a votar como ellos quieren?.

El 26 de junio se celebran, otra vez, elecciones generales.











viernes, 15 de abril de 2016

LOS PAPELES DE PANAMÁ ARRASTRAN AL MINISTRO SORIA AL ABISMO

José Manuel Soria, cuyo nombre aparece en los Papeles de Panamá, ha renunciado a todos sus cargos políticos. A través de un comunicado informa que deja su puesto al frente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, su acta de diputado en las Cortes Generales y la presidencia regional en el PP de Canarias. Abandona la política por la puerta de atrás. 
Y las preguntas que me hago son ¿por qué ha optado por esta salida cuando podía pefectamente habérsela ahorrado? ¿Por qué ha gestionado tan mal este asunto? ¿Qué hay detrás de esa supuesta torpeza de la que ha hecho gala? ¿Hay algo de estupidez en ese comportamiento? ¿O es que pensaba que bastaría con negarlo todo? 
Desde el primer momento, cuando dijo que no se explicaba por qué aparecía su nombre en los ya famosos Papeles de Panamá salvo que fuera un error, el todavía ministro tuvo la oportunidad de decir la verdad e irse a su casa. Se habría evitado el bochorno de desdecirse a sí mismo en sus distintas comparecencias públicas, cada cual más disparatada, con las que sólo ha conseguido enredar la madeja de unos documentos que le han estallado en la cara. 
Es posible que si Soria hubiese asumido esos primeros documentos que le relacionaban con una sociedad opaca en Bahamas antes de entrar en política, no habría salido esa otra documentación que nada tiene que ver con los Papeles de Panamá y en la que queda probado que Soria, estando ya en política, fue administrador de una empresa registrada en Jersey, otro paraíso fiscal, en el año 2002. 
Desde el consorcio internacional de periodistas independientes que sacó los conocidos Papeles de Panamá hace quince días se asegura, y estoy convencida de que es así, que antes de publicar ningún papel contactan con los afectados para conocer su versión, para darles la oportunidad de explicarse. Por eso me sorprende aún más la actuación del ya ex ministro Soria. 
Este señor, sabiendo que su nombre aparecía en los famosos papeles, dijo públicamente que si algún político aparecía en la lista debía salir inmediatamente a dar explicaciones. Días después aparece su nombre relacionado con una empresa registrada en un paraíso fiscal como Bahamas, y niega ser él, achacando todo a un error y, lo que es peor, mantuvo que la empresa en cuestión no tenía nada que ver con su familia. Al día siguiente, ante la publicación de más documentos que corroboraban que la empresa en cuestión estuvo ligada a su padre, a su hermano y a él mismo, el entonces ministro siguió negando la mayor con explicaciones peregrinas. A partir de ahí todo se complicó para Soria y hoy ha acabado por renunciar a su actividad política. 
A partir de ahora ¿qué? Por un lado, la comparecencia de Soria en el Congreso prevista para el lunes no se producirá porque ya no es diputado, pero puede - debería - dar una conferencia de prensa para explicar qué hay detrás de todo este asunto de las empresas en paraísos fiscales en las que participa o participó, para explicar si pagó a Hacienda, si la Agencia Tributaria estaba al corriente...
Por lo demás, que todo un ministro de un gobierno como el que preside Mariano Rajoy, que ha aplicado recortes a diestra y siniestra dejando tiritando a una clase media y asalariada en estado comatoso, haya montado sociedades opacas para pagar menos impuestos es lamentable y me parece increíble que desde el mismo gobierno, desde el PP, no salgan todos a una para criticar a Soria y reprocharle estas prácticas ¿Será que todo esto no les avergüenza?
Por último, me llama la atención que en su comunicado de renuncia, José Manuel Soria siga sin admitir nada, más allá de un cúmulo de errores, dice, cometidos por él, que están causando problemas al Gobierno y al PP. 
¡Por favor, que alguien le asesore! 

Comunicado de José Manuel Soria.








jueves, 31 de marzo de 2016

SÁNCHEZ E IGLESIAS, MENSAJES EN CLAVE ELECTORAL

Mi deseo de que la Semana Santa iluminara algo a los políticos que el 20D fueron elegidos para gobernar y legislar, se ha quedado en eso, en un deseo. Han pasado 100 días desde las elecciones y lo cierto es que sólo tenemos un acuerdo firmado por PSOE y C's que fue rechazado por la mayoría del Congreso de los Diputados. 
Cien días y seguimos igual o peor. Después de la reunión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, me reafirmo en lo del postureo del que hablé la semana pasada y tengo cada vez más claro que los dirigentes políticos están más con la vista puesta en unas nuevas elecciones que en llegar, de verdad, a un acuerdo para formar gobierno. 
Del encuentro de Sánchez e Iglesias me han quedado claras varias cosas. 
1. Que el líder de Podemos es un tío muy generoso - reunión a la que asiste, regalo que lleva - un libro, música o películas. A Sánchez le ha regalado Historia del Baloncesto español. Y que a Sánchez le va también esto de protagonizar escenas de buen rollito con ese paseo por la Carrera de San Jerónimo mano a mano con Iglesias. Todo muy de pose que no parece, según las encuestas, que convenza a los electores de PSOE y Podemos. Y esa es una de las claves de todo esto, las malas perspectivas en las urnas para ambas formaciones si se convocan comicios a finales de junio.
2. Que Iglesias es como Juan Palomo: yo me postulo como vicepresidente del gobierno, y yo "renuncio" a la vicepresidencia. "Renuncio", ha dicho, como si alguien más allá de él mismo le hubiera ofrecido algo. A eso, él lo llama "ceder". Yo lo llamo recular. Esa falsa humildad en la que se ha enfundado no parece convincente tampoco. Sobre todo cuando, después de "renunciar" a estar en un Gobierno presidido por Sánchez, dice que en la vicepresidencia de ese Gobierno deben estar personas como Errejón, Bescansa o Echenique. Me parto con Iglesias, que habla de "remangarse la camisa" y de dejarse la piel para llegar a un acuerdo. Si es como hasta ahora, ya sabemos el resultado. También Sánchez dice que ha cedido. "Llevo cediendo 101 días". Cediendo en qué, me pregunto. Sánchez, en realidad, está en una huida hacia adelante desde la misma noche del 20 de diciembre cuando el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia. Está ganando tiempo para no ser arrollado dentro de su partido donde algunos están esperando que tropiece para darle un empujón.   
3. Que Pedro Sánchez está empeñado en lograr la cuadratura del círculo defendiendo un Gobierno con Podemos y Ciudadanos, cuando ambos partidos han dejado claro "por activa y por pasiva" que son antagónicos, que juntos, no. En Ciudadanos, su portavoz Villegas decía que sólo sería posible esta opción si "Podemos deja de ser Podemos".  Y el partido de Iglesias ya sabemos qué opina de la formación naranja.
4. Que estamos donde estábamos pero más confusos que antes de la reunión porque cada uno ha dado una versión de la misma muy diferente. Sólo han coincidido en calificar el encuentro de "cordial" y en abrir un periodo de negociaciones para hablar de contenidos programáticos para ver si coinciden en algo. Es decir, vamos a seguir con este paripé porque si no, nos van a crujir en las urnas. 
En el juego de las diferencias, destacaré sólo tres:  
1. Pablo habla de formar un gobierno por la vía 161 - con los votos de Podemos, PSOE y las demás fuerzas de izquierdas -, y Pedro defiende la vía 199 - PSOE, C's y Podemos más CC. Para enmarañarlo todo un poco más, a este desacuerdo hay que añadir una tercera vía, la del 253, expresada ayer en una radio por el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, y que incluye además de los votos de C's a PSOE y PP.
2. Iglesias, que no quería ver a los de Ciudadanos ni en pintura, ayer dijo que estaría "encantado" de reunirse con Rivera; eso sí, para decirle que se abstenga y facilite la formación de un Gobierno de progreso, y Sánchez, por su parte, dejó claro que "soy un hombre de palabra" y por tanto,"todo acuerdo al que yo llegue tendrá que contar con Ciudadanos". 
3. El líder del Podemos plantea un "Gobierno a la valenciana", es decir, con miembros de su partido compartiendo la mesa del Consejo de Ministros con miembros del PSOE, de Compromís y de IU; Sánchez lo que propone es un "gobierno parlamentario" con Podemos y Ciudadanos pero formar un gobierno monocolor en La Moncloa con ministros consensuados a uno y otro lado pero sin militancia política ni en Podemos ni en C's.
De modo que, visto lo visto, no me parece muy creible que Podemos y PSOE vayan a ser capaces de consesuar una investidura. No me resulta creible el mensaje que Sánchez e Iglesia ofrecieron. Como tampoco me creo los mensajes de Ciudadanos y PP. Mientras los cuatro partidos mantengan sus líneas rojas, no estaremos más cerca de un gobierno sino de unas nuevas elecciones. 
La clave de este jeroglífico, como calificó Sánchez acertadamente a la actual situación polítca, está precisamente en esas líneas rojas. Las del PSOE son el PP y los independentistas. Las del PP son todos menos PSOE y C's. Las de Podemos son PP y C's. Las de Ciudadanos son Podemos y los independentistas. 
Esta es la realidad del panorama político, nos cuenten lo que nos cuenten. 
Ahora, en este mes de abril que está a punto de comenzar, habrá que ver quién es el guapo que se levanta de la mesa el primero, quién le explica a los electores que vamos a seguir con un gobierno en funciones unos cuantos meses más sin que eso le cueste un puñado de votos. Eso sí, todo dentro de la misma pantomima que hasta ahora, con llamadas telefónicas entre los líderes, reuniones de los grupos negociadores de los partidos, fotos para el recuerdo y declaraciones huecas para hacernos creer que realmente sus señorías están trabajando por sacar adelante este legislatura. 
"Nada ha cambiado", dijo Villegas tras la reunión de Sánchez e Iglesias. Tiene razón, nada ha cambiado.


Sánchez e Iglesias, saludo de colegas ante las cámaras. 










sábado, 19 de marzo de 2016

INSTALADOS EN EL POSTUREO POLITICO

Postureo es una palabra que se ha puesto de moda y creo que describe a la perfección la realidad en la que andan instalados los políticos del momento. En España y desgraciadamente también fuera. 
Lo más grave es el inadmisible postureo adoptado por los líderes políticos de la Unión Europea en relación con el drama de los refugiados. Es verdad que han modificiado el preacuerdo inhumano e ilegal que iban a firmar con el gobierno de Turquía. Pero el acuerdo final sigue siendo indigno e inhumano porque, en definitiva, lo que hace es dar la espalda a los miles y miles de hombres, mujeres y niños que sólo piden refugio para huir de las atrocidades de las guerras y de los terrorismos más sanguinarios que se recuerdan. Un terrorismo al que los gobernantes tampoco están prestando demasiada atención, salvo cuando traspasa las fronteras y nos toca de cerca. Entonces sí, entonces se actúa. 
De modo que el postureo de los líderes europeos es indignante, inhumano y rechazable porque deja a los refugiados en manos de un gobierno turco dudosamente democrático. Europa se lava las manos a cambio de dinero, y pretene así quitarse de encima el problema humanitario de los refugiados, que este domingo ya van a empezar a ser devueltos.  
Mientras ocurren estas atrocidades, en este país que es España los políticos, los mediocres políticos que tenemos, se dedican a marear la perdiz, a decir dondo dije digo, digo Diego. 
El  secretario general de los socialistas Pedro Sánchez va como pollo sin cabeza, dando bandazos a derecha e izquierda con el único objetivo de ser el presidente del Gobierno y evitar así que se lo lleven por delante los suyos, los de su propio partido. Primero vino la puesta  en escena de su romance con Albert Rivera y la firma del acuerdo PSOE-C's, en un acto solemne en el que se rubricó un pacto de gobierno que ya sabíamos de antemano que iba fracasar como se materializó en la sesión de investidura del propio Sánchez - 131 a favor y 219 en contra. Así que después de jurar amor eterno a su socio Albert Rivera y decir públicamente que, a partir de ese día solemne irían juntos de la mano a todas la reuniones con otros partidos, de pronto, Sánchez cede a las exigencias de Izquierda Unida y acepta que los negociadores socialistas acudan solos sin los de Ciudadanos a una reunión para tratar de acercar posiciones de cara a un futuro gobierno de izquierdas; los de Rivera aguantaron el tipo como pudieron, restando importancia a algo que sí lo tenía. Menos mal que Compromís permitió la presencia de C's en la reunión que celebró con el PSOE la semana pasada. "A nosotros nos da igual que los socialistas vengan con Ciudadanos", decían los valencianos. Un respiro para Sánchez. Y otro más cuando se reunieron PSOE y PNV y asistió Ciudadanos. El problema llegó cuando Iglesias y Sánchez anunciaron hace unos días que se verán a solas la próxima semana. A solas. Rivera, mosqueado y con razón, pidió a Sánchez una explicación. "Cariño, esto no es lo que parece". Sánchez tranquilizó a Rivera asegurándole que su unión no corre peligro. Los del partido naranja no sé si se lo habrán creido o no y para tratar de no aparecer como los cornudos ante la sociedad, ahora dicen que los contactos entre líderes no tienen importancia, que lo realmente importante son los encuentros entre los negociadores. Lo dije desde el primero momento y lo mantengo, me parece a mí que C's es, con todos mis respetos hacia este partido y sus dirigentes, el tonto útil del PSOE. Postureo en el PSOE diciendo que hace una cosa pero luego hace otra; postureo en Ciudadanos porque hemos pasado del "a todas partes juntos" al "bueno, ve tu y si eso ya me cuentas luego". 
¿Qué decir del PP? Este se lleva la palma en esto del postureo político. Está claro que quiere ir a elecciones. No hay que ser muy perspicaz para ver que todo lo que hacen, todo lo que dicen sus representantes es mera apariencia. Con esas cartas del portavoz del Grupo Popular en el Congreso a los diputados de Ciudadanos y del PSOE que no tienen desperdicio, en las que les pega un repaso como quien no quiere la cosa. Y todo, para no reunirse con nadie aunque Rafa Hernando diga que sí quiere reunirse con todos. 
Y por último, pero no por ello menos importante, está la batalla entre el Gobierno de Rajoy y el Congreso de los Diputados con su presidente a la cabeza, Patxi López. El primero dice que está en funciones y que no puede ser controlado por una Cámara que no le ha dado la confianza. Que es el gobierno de la Cámara anterior. Sí. Todo eso es cierto. Jurídicamente, impecable. Pero se olvida el Gobierno de Rajoy que hay una cosa que se llama voluntad política, 'fair play', que dicen los ingleses. El actual Congreso de los diputados merece un respeto y, como decía Patxi lópez ayer, lo que quieren los grupos es informacion sobre lo que está haciendo el ejecutivo desde el 21 de diciembre, desde el día siguiente de las elecciones. Porque algo está haciendo.  Me da igual cómo quieran llamarlo - información, control - pero políticamente, este Gobierno y sus ministros deberían mostrar respeto a las Cortes que es, como dice la Constitcución que tanto les gusta mencionar, donde reside la soberanía nacional; es decir, los ciudadanos que les votamos y que dejamos en sus manos la gestión del país. Este Gobierno y sus ministros en funciones, que cuando tenían mayoría absoluta demostraron un total desprecio por el Parlamento rechazando sistemáticamente las peticiones de comparecencia de la oposición, deben dar cuenta políticamente de sus actuaciones, de sus decisiones adoptadas a partir del 21 de diciembre. Ahora que están en funciones, con más razón si cabe.Si hay lagunas legales, que se corrojan, si hay un vacío legal, que se llene. Pero no se puede permitir que el Gobierno "este en rebeldía" y no acuda al Congreso, como acertadamente dicen varios grupos de la oposición.
Me voy de vacaciones con el deseo de que sus señorías, empezando por el Ejectivo y sus ministros y siguiendo por el resto de los representantes de los demás partidos políticos, vuelvan con energías renovadas, dejen a un lado el postureo y estén dispuestos a trabajar por el bien común y no por el interés partidista para que no tengamos que repetir las elecciones. Unas nuevas elecciones, además del dineral que costaría - 130 millones de euros - supondría tener un gobierno en funciones durante casi un año. Un panorama desalentador, así que a trabajar, a ganarse el sueldo y a demostrar que son dignos representantes de los ciudadanos que les hemos colocado donde están. Esta Semana Santa, a ver si más de uno recapacita. 








domingo, 6 de marzo de 2016

ANTONIO ASUNCIÓN, EL AMIGO ENTRAÑABLE

Hoy no quiero hablar del circo parlamentario en el que estamos inmersos. No voy a hablar de los políticos de pandereta, de la mediocridad de la clase política. Hoy quiero hablar de un político de verdad, de un político comprometido y con convicción de servicio público. Quiero hablar, sobre todo, de un amigo entrañable y leal, de una persona excepcional. De Antonio Asunción. 
Alcalde de Manises, su ciudad natal, fue también presidente de la Diputación de Valencia, responsable de Instituciones Penitenciarias y Ministro del Interior, además de diputado en Cortes y diputado autonómico. "Menos presidente del gobierno y Papa, he sido de todo", bromeaba. Allí donde estuvo demostró dos cosas: que creía en lo que hacía y que comprendía que el progreso de un país sólo es posible con una buena gestión de los dineros públicos. Fue un político de los pies a la cabeza, comprometido también con su partido, el PSOE, un partido ingrato que no supo apreciar lo que significaba tener en sus filas a una persona como él y que acabó expulsándole de mala manera porque, como he dicho, vivimos en una época en la que se lleva lo mediocre, salvo raras excepciones. Y Toni era todo menos mediocre. Dejó la actividad política, tras apoyar la creación de lo que hoy es Ciudadanos, para centrarse en la empresa privada, donde algunos quisieron también manchar su imagen sin conseguirlo. Porque Toni era también un hombre íntegro y honrado. 
Si como político fue excepcional, como persona, como amigo, se superaba. Entrañable y leal. Discreto, hermético para según qué cosas, me enteré de que estaba enfermo hace cuatro días. Cuatro días en los que estuvimos en contacto. "Me dan el alta el viernes. Te llamo el fin de semana", me dijo. "No dejes de hacerlo", le pedí. "Lo haré", contestó. No hubo fin de semana para él. No hubo conversación.
Conocí a Toni hace muchos años, en su última etapa de Secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias cuando yo acababa de empezar a trabajar como corresponsal política en el Congreso de los Diputados para Fax Press. Pero, realmente, fue a partir de su nombramiento como ministro del Interior cuando comenzamos una amistad que ha durado hasta ahora. Me dejó claro desde el primer momento que siempre estaría ahí, como así ha sido, que podía contar con él para lo que fuera. Recuerdo cómo se ocupó de mí durante mi breve aventura valenciana; cómo, un año después, pensó en mí para que fuera su jefa de prensa cuando fue nombrado portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas. Yo, no lo dudé ni un instante. Aquello no salió porque el partido socialista en Valencia saltó por los aires en medio de guerras internas que aún hoy parecen no haber resuelto, y Toni dimitió. Lo lamentó, me dijo desolado, por mí. Nos vimos mucho en esa época hasta que yo decidí dar un vuelco a mi vida y dejé Madrid. Nos perdimos la pista aunque yo siempre supe de él a través de Pilar, amiga y mejor persona, a quien unía una amistad inquebrantable con Toni.
Mi reencuentro con él se produjo hace tres años. Le llamé y acudió enseguida. Fue como si nos hubiéramos visto el día anterior. El paso del tiempo no había hecho mella en nuestra relación y supe que siempre sería así con él. Su vida profesional le obligaba a pasar más tiempo fuera de España que dentro pero, a partir de ese día del mes de julio que comimos juntos, que nos reímos, que hablamos de todo, nos mantuvimos en contacto. Ocupado como estaba, siempre encontró un hueco para verme cuando yo le llamaba, dejándome claro que podía contar con él como el amigo entrañable que fue y será, al que ya echo de menos.

"El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una verdadera amistad", Oscar Wilde.

Antonio Asunción.






domingo, 14 de febrero de 2016

LA DIMISIÓN DE LA LIDERESA, UN AVISO AL NAVEGANTE RAJOY

Esperanza Aguire ha dimitido. En domingo, a la hora de comer y avisando con poco tiempo. Y no un domingo cualquiera, sino el domingo 14 de febrero. Todo un "regalo" para Mariano Rajoy. Aguirre, en su hasta luego, que no hasta nunca, deja la Presidencia del PP de Madrid como respuesta a nuevas informaciones sobre corrupción relacionadas con el conocido escándalo de la trama Púnica, según ha contado ella. Es un gesto que, aunque algunos quieran criticar, a mí me parece que tiene su mérito, más allá de sus verdaderas razones, en un país donde la última vez que dimitió un político fue...ya ni me acuerdo. El verbo dimitir no se conjuga muy habitualmente entre nuestros representantes políticos, así que, aplaudo la decisión de la lideresa. 
Hasta aquí mi reconocimiento por esta mujer que hace sólo 72 horas salía a la puerta de la sede del PP en la madrileña calle Génova para decir, en otro improvisado encuentro con periodistas, que "no ha habido financiación ilegal en el PP de Madrid, que yo sepa" y que se mostró dispuesta a "colaborar a tope con la justicia". El juez Velasco que lleva el escándalo de la Púnica había ordenado el día anterior registrar las oficinas del partido regional. Un caso de corrupción que mantiene en la cárcel desde octubre de 2014 al que fuera mano derecha de la lideresa, Francisco Granados. Es ahora cuando ella decide asumir su "responsabilidad politica" por haberse equivocado con el nombramiento y por no haber vigilado más. Al registro hay que añadir que el viernes, la mismísima Aguirre compareció ante la comisión de investigación sobre corrupción política que hay en marcha en la Asamblea de Madrid para hablar de la Púnica y pese a los intentos de los diputados de los otros partidos por sacarle los colores, no se despeinó. 
Ni su comparecencia en la Asamblea, ni sus declaraciones deprisa y corriendo a las puertas de la sede, hacían presagiar la dimisión de Esperanza Aguirre este domingo de pasión. ¿Qué le ha hecho dar ese paso? ¿Por qué ahora? Ni idea. Es posible que las nuevas investigaciones judiciales sobre la Púnica sean tan graves que, efectivamente, demuestren una trama de financiación ilegal en el PP de Madrid que acabe arrastrando a todos, como ha ocurrido en Valencia, donde sólo se ha salvado por el momento la ex alcaldesa y actualmente senadora Rita Barberá. Igual Aguirre quiere sera la Barberá de Madrid. Desconozco las razones verdaderas de la lideresa para dar la campanada a la hora de la comida de un domingo; sobre todo, cuando ella misma ya había anunciado y ha recordado hoy que no se presentará a la reelección en el próximo congreso regional del partido, previsto para mayo. "Ya dije que no me iba a presentar". ¿Entonces? ¿Por qué no esperar? Habrá que estar atentos a los siguientes movimientos de Aguirre en el PP.
Me interesa más el mensaje que le ha mandado a Rajoy. Por cierto, el presidente del PP y presidente del Gobierno en funciones no cambiará nunca. Siempre tan escueto en sus mensajes. Del "sé fuerte" al "te entiendo" de hoy. "Te entiendo" ¿Eso es todo, Rajoy? Que estamos hablando de Esperanza, no de un mindundi del partido. Aguirre ha contado cómo ha sido todo. Que llamó por teléfono a Rajoy y que éste no le cogió el teléfono. Mal, Mariano, mal hecho. Ahora sabemos cuál ha sido tu mensaje, un lacónico "te entiendo". 
La lideresa, que no da puntada sin hilo, ha aprovechado para lanzar su aviso a navegantes, en particular, a Rajoy. Primero, porque no se puede ser más gráfica al explicar lo que le está ocurriendo al Partido Popular. "La corrupción nos está matando a todos". Se puede decir más alto pero no más claro. La corrupción se ha convertido en el principal problema de la política española y no hay partido que se libre, pero el PP se lleva la palma. 
Segundo mensaje de la lideresa, y este sí que ya me parece que iba directamente dirigido a Rajoy. "No es el tiempo de personalismos, sino de los sacrificios y las cesiones", ha dicho tajante, para el que quiera entender. 
¿Se dará por aludido Mariano Rajoy? ¿Tomará nota? No parece. Rajoy está empeñado en repetir hasta la saciedad que quiere presidir un gobierno apoyado por Ciudadanos y PSOE, cuando en realidad lo que intenta es una huida hacia adelante para salvarse él. 
De modo que el mensaje de Rajoy a Aguirre debería haber sido "Te entiendo, Esperanza, pero no lo comparto". 
Seguro que ahora saldrán muchos de los compañeros de filas de Aguirre y dirán que "es un gesto que le honra", "tiene nuestro apoyo", "todos estamos con Esperanza", y cosas así, pero ninguno seguirá sus pasos.

*Mientras escribo, compruebo que en torno a la dimisión se ha organizado un debate entre Podemos y Ciudadanos. Los dos se atribuyen la decisión de Aguirre, ya que ha sido tomada después de declarar ante la comisión de investigación sobre corrupción política de la Asamblea de Madrid, una comisión que ambos partidos dicen haber promovido;  lo que ninguno ha entendido es que Esperanza, cuando toma una decisión, no lo hace forzada por terceros sino por motivos puramente personales, pensando en su propio beneficio. Así que el debate entre C's y Podemos resulta estéril más allá de que, efectivamente, uno de los dos es el padre de tan loable iniciativa.

Esperanza Aguirre informa de su dimisión al frente del PP de Madrid.







domingo, 7 de febrero de 2016

EL "AHORA O NUNCA" DE PEDRO SÁNCHEZ

Le preguntaron a Pedro Sánchez en la gala de los Goya qué título pondría a la situación política actual, y el secretario general del PSOE contestó: "Ahora o nunca". Tiene razón. Es ahora o nunca que él pueda lograr unos acuerdos que le permitan contar con los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.
Desde que el día 2 de febrero el rey le propuso someterse a la investidura, el dirigente socialista está empeñado en ser el próximo inquilino de La Moncloa. "Voy a intentar formar gobierno", dijo un Sánchez ya más metido en su papel de futuro presidente del Gobierno y hombre de Estado, que de líder de la oposición. Y en eso anda con más ilusión que fortuna, todo hay que decirlo. Ilusión no le falta y asegura que "hay mimbres para una alianza progresista de cambio".
Dos días después de su paso por la Zarzuela comenzó la ronda de contactos con algunos de los dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria. Y es que ni el PP, ni los independentistas de ERC, DL y HB Bildu han sido llamados a consultas. Un error que parece que quiere tratar de subsanar de algún modo, al menos con el PP, al que dice que llamará en los próximos días. Esta exclusión supone 136 votos en contra de su investidura - 119 del PP y los 17 que suman los independentistas. Sánchez, que ya cuenta con 89 votos del grupo socialista, necesitaría 176 para salir investido en primera vuelta. Esa opción está descartada ya. Tiene la posibilidad de someterse a una segunda votación, 48 horas después de la primera, en la que le bastaría una mayoría simple de la Cámara, es decir, tener más votos a favor que en contra. Es en esa segunda votación donde Sánchez tiene fijadas sus esperanzas. De ahí su interés por llegar a acuerdos con los demás partidos. 
El PNV y sus seis diputados ya le han dicho que es muy probable que voten a favor de él ¿A cambio de qué? Ya lo sabremos cuando llegue el momento; los vascos son discretos en estas cosas. También IU-UP, con sus dos diputados, se ha mostrado dispuesta a votar a Sánchez si el programa que presente no se aleja demasiado del de la coalición. Y Compromís, con quien el PSOE ya gobierna en la Comunidad Velanciana, está dispuesto a pactar.
Todo eso está muy bien, pero lo que realmente necesita el secretario general del PSOE es el apoyo de Ciudadanos y de Podemos o, al menos, que uno de ellos se abstenga. Las posibilidades de que eso ocurra son escasas a tenor de las declaraciones de unos y otros. Es verdad que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, salió muy animado de su reunión con Sánchez; es verdad que el portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Juan Carlos Girauta, expresó en rueda de prensa su optimismo respecto a un posible acuerdo. Pero también es cierto que el viernes, después de la primera reunión de Cs y PSOE, mientras el portavoz socialista Antonio Hernando se mostró muy animado, el portavoz adjunto del partido naranja, José Manuel Villegas, dijo que había voluntad sí, pero que "será difícil llegar a un acuerdo". Vaya, vaya.Ya sabíamos, porque lo han repetido hasta la saciedad, que Ciudadanos nunca votará SI ni a Sánchez ni a Rajoy. Como mucho, sus 40 diputados se abstendrán. Y aunque dicen que no ponen líneas rojas, ya han adelantado que votarán en contra de Sánchez si éste llega a un acuerdo de Gobierno con Podemos o recibe el apoyo de los independentistas. No parece la mejor manera de llevar a buen puerto las negociaciones en marcha, pero cosas más raras se han visto y esto no ha hecho más que empezar. Ciudadanos juega también un poco a la ambigüedad, de "sí pero no, nosotros queremos llegar a acuerdos, pero a ver, porque claro, no todo vale". 
Más claros y contundentes son los de Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, directamente le ha dicho a Sánchez que deje de dialogar con Ciudadanos, o sus 65 diputados votarán en contra de su investidura. No entro en si el partido morado exige la vicepresidencia del Gobierno y cinco o seis ministerios - ya puestos a pedir que sean los más importantes -, porque está en su derecho a la hora de sentarse a negociar con el PSOE de presionar como mejor le parezca. Lo que me sorprende es el talante; mejor dicho, la falta de talante. "Que Sánchez no hable con Ciudadanos" es una exigencia impropia de un partido que se presenta como el adalid de la tolerancia, las libertades, la democracia, la igualdad...Esto sí que es de vieja política, como dicen en Cs, pero de la del PCUS. Comprendo que Alfonso Guerra hable de "niños malcriados", entre otras lindezas, al referirse a Iglesias y compañía. 
Así las cosas, y a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos los próximos días, hoy por hoy no puedo por menos que darle la razón al portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, cuando asegura que "a Sánchez no le salen las cuentas". Y el PP no le va a facilitar las cosas al dirigente socialista. Ya lo dijo Rajoy este fin de semana, "ahora parece que quieren llamarnos y hablar; les recibiremos como se merecen...pero votaremos no a la investidura de Sánchez". Este Rajoy es como el perro del hortelano. Ni come ni deja comer. No quiso aceptar la propuesta del rey hace dos semanas para someterse a la investidura y ahora que se la ofrece a Sánchez dice que es él, Mariano Rajoy, quien debe presidir un gobierno de coalición formada por PP, PSOE y Cs, porque el PP fue el partido más votado en las elecciones generales del 20D. "Tarde piache", que dicen en su tierra. 
Lo mejor que podría hacer Rajoy es dejarse de historias y permitir gobernar a Pedro Sánchez, con la abstención del Grupo Popular; total, qué más le da al presidente en funciones, si esta va a ser una legislatura corta. Además, el PP podría aprovechar para hacer limpieza, porque no sé cómo sobrevive con tantos casos de corrupción. El último escándalo que hemos conocido, en el PP de Valencia, ya es de traca, y no lo digo con segundas. 
¿Vamos a unas nuevas elecciones? Esa es la pregunta del millón. Según las encuestas publicadas, el resultado sería más o menos el mismo que el 20 de diciembre, con un PP como fuerza más votada pero sin mayoría suficiente para gobernar. Por lo tanto, no veo cómo puede interesarles a los populares repetir los comicios. Otra cosa es Podemos. Algunas encuestas apuntan a que el partido morado sería el segundo más votado por delante del PSOE, y eso sí podría interesarle al partido de Pablo Iglesias, que no tendría ningún problema en buscar como socios de gobierno a los independentistas y a IU. 
Esta semana que comienza va a ser crucial para ver dónde se sitúa cada partido, para que sus señorías se retraten y demuestren qué clase de políticos son: defensores del diálogo y la negociación o intransigentes y necios. 

Pedro Sánchez.






sábado, 23 de enero de 2016

IGLESIAS Y RAJOY DICTAN LA AGENDA DE SÁNCHEZ

La XI Legislatura ha comenzando renqueante, a paso de tortuga, sin saber cuándo se celebrará la apertura solemne y, mucho menos, quién será el candidato que se presente en el hemiciclo para ser investido presidente del Gobierno. No hay plazos y después de lo ocurrido este viernes, todo apunta a que seguiremos en "funciones" unas cuantas semanas más. 
El viernes fue un día de sobresaltos, sobre todo para el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que no imaginaba que Mariano Rajoy y Pablo Iglesias le iban a dictar su agenda. 
Cuando Pablo Iglesias fue recibido por la mañana por el rey Felipe VI en Zarzuela, algunos diputados de Podemos se limitaron a decirnos a los periodistas, sonriendo de forma enigmática, que "habrá sorpresas", como así fue. La rueda de prensa de Pablo Iglesias, rodeado por sus más allegados, no dejó indiferente a nadie. "Le he informado al rey de mi oferta de formar un gobierno de coalición con el PSOE donde Pedro Sánchez sea presidente y yo vicepresidente". Vaya, pensé, este va a por todas. Entonces siguió hablando y en el momento en el que comenzó a enumerar los ministerios que exigía Podemos - Economía, Defensa, Exteriores, Interior y uno nuevo de Plurinacionalidad - supe que estábamos ante una propuesta trampa. Podemos, en realidad, no quiere un gobierno de coalición, quiere que se repitan las elecciones. Hace una propuesta imposible que Sánchez no puede aceptar ni en sueños, y el partido morado queda como Dios ante los electores de izquierdas porque es el PSOE el que ha rechazado formar un gobierno de progreso, defensor de los derechos sociales, que sólo Podemos representará el Gobierno que saldría de unas nuevas e hipotéticas elecciones generales. Y es que, además, esta propuesta tramposa se presentó públicamente en rueda de prensa en el Congreso, sin que el propio Sánchez, que es a quien iba dirigida, supiera nada al respecto. Pablo, que ha vuelto a demostrar que es el rey del marketing, aprovechó para dejar nuevamente claro que desprecia a Sánchez porque no es esta la mejor manera de iniciar un diálogo, salvo que en el fondo no se quiera ese diálogo, que es lo que yo creo; porque no se puede hablar de quien quieres que sea tu interlocutor en los términos que utilizó Iglesias cuando dijo algo así como que Sánchez, si llega a presidente "será una broma del destino que deberá agradecer siempre" a él, claro, a Pablo Iglesias; porque no se puede ofrecer un pacto llevando ya medio gobierno hecho a un futuro presidente que, según la Constitución, es quien propone a los miembros de su gabinete; porque no se puede ir de sobrado, exigiendo también la entrada en el Gobierno de Alberto Garzón, de Izquierda Unida. Desprecio y falta de cortesía hacia un Pedro Sánchez que, será lo que sea y nos gustará más o menos, pero ni él ni el PSOE se merecían tal falta de respeto. Pablo se fue como entró de la sala de prensa, con su sonrisa de suficiencia, junto a sus "ministrables". 
Todos esperábamos que llegara Pedro Sánchez de su audiencia con el rey, expectantes ante la reacción que tendría el líder del PSOE a una oferta de la que se enteró por el propio Felipe VI. "He salido y me encuentro que ya tengo medio gobierno hecho", ironizó. Poco más dijo el dirigente socialista, que aunque dijo que no estaba descolocado se le veía bastante descolocado y se limitó a decir que "es el tiempo de Rajoy", "es Rajoy quien debe intentar buscar los apoyos y presentarse a la sesión de investidura" y "si fracasa, entonces dialogaré con todos los partidos, sin excepción" para intentar obtener los apoyos "que me permitan salir investido". Estaba claro que Sánchez lo que buscaba era tiempo para acercar posiciones con Podemos, con Ciudadanos, con todos menos con el PP, para que tras el fracaso de Rajoy en la investidura, él pudiera garantizar una mayoría necesaria que le convierta en el presidente de la XI legislatura. 
Pero entonces, por la tarde, ya a última hora, sale Rajoy de su audiencia con el rey. Y es la propia Casa Real la que informa en un comunicado de la decisión del presidente en funciones de "declinar" presentarse a la investidura. ¿Para qué se va a presentar si no tiene el apoyo de ningún grupo? ¿Para qué se va a presentar si hay una oferta sobre la mesa de Podemos para formar gobierno con el PSOE? La oferta de Iglesias a Sánchez fue la salvación de Mariano, la excusa perfecta para no tener que presentarse, para no tener que salir escaldado de una sesión de investidura en la que todos querían darle un revolcón, incluidos algunos de su propio partido. Lo más llamativo de todo es que el líder del PP dice que no se somete a la sesión de investidura "por el momento", que seguirá buscando apoyos. Rajoy no deja de sorprenderme. En realidad lo que yo creo que quiere decir el presidente del gobierno en funciones es: "que se queme Sánchez primero y luego ya veremos si cambian las cosas y puedo presentarme yo, o vamos a elecciones anticipadas". Otro al que la idea de repetir en las urnas no le desagrada porque sabe que muchos votantes enfadados del PP volverán al redil ante la situación de inestabilidad o la posibilidad de que Iglesias sea vicepresidente del Gobierno. Así que imagino a Rajoy feliz ayer al escuchar a Iglesias; imagino a Rajoy diciendo "chúpate esa Sánchez; querías tiempo, pues no te lo veo y dar".
Dicen que en la calle Ferraz, la sede central del PSOE en Madrid, el estupor y la incredulidad invadieron todos los despachos ante los órdagos de Iglesias, primero, y de Rajoy, después. Me lo creo porque fue como si Sánchez hubiera sido arrollado por el tren Iglesias por la mañana y cuando al cabo de unas horas ya se estaba levantando le arrollara el tren Rajoy. Sánchez, cuya situación no envidio, recibió ayer un whatsapp de Iglesias: "Pedro, tenemos que hablar sobre mi propuesta de Gobierno". Esto es como cuando en las parejas una de las partes tiene algo que decir que sabe que no le va a gustar a la otra parte; “tenemos que hablar” es una frase que asusta un poco. Parece ser que Sánchez le dijo que sí, que hablarán por teléfono pero que todo a su tiempo, que era el momento de Rajoy. Eso fue antes de que Rajoy hiciera su triple mortal con tirabuzón y cayera de pie. 
Pedro, que debe de estar que echa humo tratando de buscar una salida airosa a toda esta complicada situación en la que le han puesto unos y otros, hoy mismo ha llamado por teléfono a Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, con quien ha mantenido una conversación, una primera toma de contacto para ver si acercan posiciones. Empieza así un intenso proceso de conversaciones entre los partidos, una semana en la que habrá que estar al tanto de cada movimiento. 
A todo esto, el miércoles, de nuevo, el rey comenzará otra ronda de contactos con los líderes de los partidos con representación parlamentaria para saber a quién apoyarán en la sesión de investidura. Se supone que, para cuando finalicen los encuentros, podrá proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno. Podría ser que, Rajoy, para entonces, ya haya logrado los apoyos suficientes y le diga al rey que, sí, que esta vez sí aceptar ser candidato. No es muy factible pero tampoco imposible. Puede ser que sea Pedro Sánchez quien sepa ya si cuenta con los votos suficientes para someterse a la investidura y formar un gobierno monocolor, bicolor, multicolor, con Pablo Iglesias de vicepresidente o un vicepresidente socialista, y con ministros ya decididos desde Podemos que incluyan el de Plurinacionalidad o ministros sólo del partido del propio Sánchez. No veo yo al PSOE en la tesitura de tragar con las exigencias de Podemos. Al menos, no al PSOE actual; a otro en el que no estén los barones ni Susana Díaz, igual sí. Pero esa es otra historia.

Pedro Sánchez.

jueves, 14 de enero de 2016

CATALUÑA, LA INFANTA Y EL NUEVO CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La vuelta de Navidades está siendo de todo menos tranquila en el ámbito político y judicial. Con un presidente catalán elegido en el último momento, con una infanta sentada en el banquillo de los acusados y con una sesión constituyente del Parlamento más circense que otra cosa. Entretenidos estamos, de eso no cabe duda. 
1. Cataluña y su presidente independentista:
Todo comenzó el fin de semana con el acuerdo in extremis de JpS de Artur Mas con la CUP para evitar unas nuevas elecciones autonómicas en una Cataluña que se desangra finacieramente por los cuatro costados. La Mas-carada de Artur se resolvió colocando a Carles Puigdemont en su lugar con el mismo discurso con el que el propio Mas no había logrado ser investido presidente. Corta y pega. No se molestaron en hacer un refrito, en cambiar párrafos o incluir novedades. ¿Para qué? Si el ex alcalde de Girona es Mas pero con menos edad y otro peinado. Aún no me ha quedado clara la posición de la CUP en todo este asunto, más allá de que unos han tenido que renunciar a sus escaños y otros se han pasado al grupo de JpS. El disparate padre. 
Tras la elección del nuevo presidente, al día siguiente se produjo la toma de poesión de Puigdemont, con un fórmula hasta ahora inédita y que, se supone que es el inicio de la desconexión de Cataluña con el resto de España, al limitarse a garantizar como jefe del ejecutivo autonómico la "fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña". Sin prometer o jurar fidelidad a la Constitución, al Estatuto o al rey. ¿Para qué?, si el plan del nuevo gobierno es proclamar la independencia en el plazo de 18 meses y la redacción de una Constitución propia. La fórmula utilizada para prometer el cargo ya ha sido cuestionada por el Gobierno de Rajoy y su ministo de Justicia ha pedido a la Abogacía del Estado que estudie su legalidad o no. Al final, me temo, que todo el proceso seguirá adelante, con este nuevo presidente que su día ya hablaba de expulsar de Cataluña a los "invasores", sin especificar si se refería a los ciudadanos del resto de España o a los extraterrestres. 

Carles Puigdemont, nuevo presidente de Cataluña.

2.La hermana del rey a juicio:
Del sobresalto catalanista a la imagen de la hermana y el cuñado del rey sentados en el banquillo de los acusados el primer día del jucio por el llamado caso Nóos. Demoledora imagen de la infanta que durante las 13 horas que duró la sesión no se movió y no dejó de mirar al frente, donde, por cierto, había un cuadro con la foto de su hermano Felipe VI. ¿Qué se le pasaría por la cabeza al mirarle? Complicada situación para Cristina de Borbón y para la Casa del Rey. Fue una sesión en la que se puso de manifieto que los abogados de la infanta no están solos en sus intentos por sacarla cuanto antes de ese banquillo, alegando la ya famosa doctrina Botín. Una doctrina a todas luces basada en privilegios, con lo que, de admitirse, será establecer un privilegio sobre otro. Para que luego digan que la justicia es igual para todos. Ni la justicia ni Hacienda. Eso nos quedó claro cuando una de las abogadas del Estado intervino para explicarnos, que aquello de 'Hacienda somos todos' es un reclamo pulicitario. Por favor, señores. ¿Desde cuándo nos creemos lo que nos venden los anuncios? Si no nos creemos que un detergente lava más blanco porque tiene no sé qué micripartículas con nombres imposibles de repetir, por qué nos vamos a creer el eslogan de Hacienda. Si está más que demostrado que no es verdad, y no lo digo sólo por la infanta, sino por los Pujol, Rato, Bárcenas y tantos otros. Luego está el fiscal Horrach, sacándose de la manga como un prestidigitador un documento de la Hacienda pública en la que se dice que Cristina de Borbón no debe nada al fisco. Documento que nada tiene que ver con los años por los que está sentada en el banquillo. Otro disparate. Mientras, Miquel Roca, abogado de la infanta, demostró estár tan tranquilo sobre el futuro procesal de su defendida que se permitió echar una cabecadita. 
La infanta, ya digo, como si fuera una estatua ni siquiera se rió como el resto de los que se encontraban en la sala cuando el abogado de Torres, ex socio de Urdangarín, dijo que él era "heterodoxo sexual", en vez "heterodoxo procesal". Una anécdota simpática en un entorno nada simpático pero que permitió relajar un poco la tensión entre los asistentes, excepto en el caso de la hermana del rey que no dejaba de mirar a su hermano (a la foto). En breve sabremos si Cristina tiene que volver al banquillo de los acusados o no, pero después de los alegatos escuchados por las partes el lunes, es posible que Iñaki tenga que acudir sólo al juicio. Un alivio para Felipe VI que, por cierto, el lunes debía de estar tan pendiente de este tema que optó por darse por enterado del nombramiento del nuevo presidente catalán por correo electrónico, en vez de recibir a la presidenta del Parlament, como es habitual. Un error, a mi entender. Creo que su padre, el rey campechano, la hubiera recibido para dejarle claro su malestar por lo que está ocurriendo en Cataluña. Después de todo el rey, nos guste o no, es el Jefe del Estado. Felipe, este vez, se equivocó con ese desplante. 
La infanta Cristina.


3-Había una vez un circo...en el Congreso de los Diputado.
Ayer vi con asombro la sesión constitutiva del nuevo Congreso de los Diputados, el que salió de las urnas del 20 de diciembre, con más caras nuevas que viejas y la entrada con fuerza de partidos como Ciudadanos y Podemos. Lo que yo imaginaba que iba a ser una más de estas sesiones tediosas en las que se vota al presidente del Congreso y al resto de los miembros de la Mesa y las anécdotas hay que buscarlas con lupa, se convirtió ayer en un circo en el que no faltaron las proclamas y nuevas fórmulas para jurar o prometer el cargo de diputado - ¡algunos llevaban escrito lo que tenían que decir! -, una diputada se llevó a su bebé convirtiéndole en protagonista, diputados que querían entrar en bicicleta, otros que llegaron acompañados hasta la Carrera de San Jerónimo por una banda de música, grupos que querían ocupar la parte izquierda del hemiciclo a toda cosata, grupos que no se dejaban quitar ese espacio, otros que no sabían ni cómo llegar al hemiciclo. En fin, una sesión muy entretenida que, si no me equivoco, fue la antesala de lo que vamos a ver en el Parlamento mientras dure la legislatura. 
Desde el punto de vista puramente político, el nuevo presidente del Congreso, el socialista Patxi López, elegido gracias al apoyo de sus diputados y de los de Ciudadanos y a la abstención del PP, habló de dialogar, dialogar y dialogar, en una legislatura que, efectivamente, o se dialoga o será un visto y no visto. Podemos, sin embargo, no parece estar por la labor y, al menos, en este momento, no acabo de ver que el próximo presidente del Gobierno sea Pedro Sánchez, quien confia en contar con el voto de los partidos de la izquierda. 
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ayer no ocultaba su enfado por el acuerdo al que se había llegado para nombrar a Patxi López presidente del Congreso; no ocultaba su enfado por el rechazo del PSOE y de Ciudadanos y del PP para permitir que el partido morado tenga cuatro grupos parlamentarios en la Cámara baja. Mientras no se le pase el cabreo, creo que a Sánchez le va a ser complicado lograr su objetivo de ser investido presidente del gobierno. 
Y es que, además del enfado, a Podemos le interesa que se repitan las elecciones. Su populismo llevado al paroxismo quedó patente ayer durante la sesión constitutiva del Congreso. En un encuentro con Albert Rivera que tuvo a Carlos Herrera de moderador, saltaron chispas por parte de Iglesias, que arremetió contra Ciudadanos y contra el PSOE. 
Una cosa voy a decir. Me encanta que Podemos esté en el Parlamento pero estaría bien que mostrara un talante más negociador porque eso es lo que que han dicho las urnas. Que nada de mayorías absolutas, que los partidos deben sentarse a negociar para sacar adelante proyectos que acaben con los problemas del país. Podemos ha entrado en el Congreso como si fuera la fuerza más votada, y es la tercera, con una actitud ofensiva hacia un acuerdo en el que ellos no han participado. Dice Pablo Iglesias que con el PP nada de nada. Estupendo. Menos estupenda es su actitud de ir a degüello contra quienes se sientan a hablar con todos, incluido PP y, como dice Rivera, "ojalá que también Podemos se quiera sentar a hablar" para sacar adelante propuestas que mejoren la vida de los españoles. Ojalá los diputados de Podemos se apéen de la intolerancia que vimos ayer. 
                      


Sesión constituyente del Congreso de los Diputados.