miércoles, 23 de diciembre de 2015

SE BUSCA PRESIDENTE DEL GOBIERNO PARA LEGISLATURA BREVE PERO INTENSA

Los resultados de las elecciones generales celebradas el 20 de diciembre han confirmado el final de las mayorías absolutas, la entrada con fuerza en el Congreso de los Diputados de dos nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos, y la debilidad del bipartidismo encarnado durante años por PP y PSOE. Pero, sobre todo, los resultados han dejado una situación complicada para la formación del nuevo gobierno. Un puzzle en el que encajar las piezas no va a ser fácil, salvo que los políticos nos desmuestren que saben estar a la altura de las circunstancias. Y éstas son que va a hacer falta diálgo, capacidad de entendimiento, disposición para actuar en beneficio del país y no en el interés partidista y personal. Es decir, políticos de verdad, con un gran sentido de Estado que busquen la estabilidad del país.
Esto es así porque el PP, aún siendo la fuerza más votada con 123 escaños, se ha quedado muy lejos de los 176 que se necesitan para la mayoría absoluta en el Congreso; el PSOE ha obtenido los peores resultados de su historia y cuenta con 90 escaños. Después están Podemos con 69 diputados y Ciudadanos con 40, ERC con nueve, el partido de Artur Mas con ocho, PNV con seis, la coalición de Alberto Garzón con dos, Bildu otros dos, y CCA-PNC uno. Este es el reparto de escaños en la Cámara baja. En el Senado, el PP cuenta con mayoría absoluta, pero todo apunta a que esta va a ser una legislatura corta pero intensa y apasionante, si es que logra echar a andar. Por lo pronto, todos los dirigentes políticos están dispuestos a hablar y eso es una buena noticia, siempre que ese diálogo no se haga bajo premisas partidistas díficiles de aceptar por el resto de los partidos.  
Mariano Rajoy, como líder del partido más votado, ha tomado la iniciativa y hoy mismo ha comenzado con Pedro Sánchez la ronda de contactos para tantear el terreno. "Es su responsabilidad -la de Rajoy- intentar formar gobierno según las reglas del juego", ha dicho el líder socialista al término de la reunión en La Moncloa. Claro que, a continuación, ha dejado claro que su partido no apoyará la investidura de Rajoy. Es decir, que éste no será investido presidente porque, sin la abstención del PSOE, no le salen las cuentas. De modo que Sánchez lo que no está diciendo es que él es quien va a intentar formar gobierno cuando Rajoy comprenda que se le cierran todas la puertas, por mucho que hoy se le llene la boca de frases grandilocuentes. 
Para el PP, el voto en contra del PSOE es la constatación de que Rajoy debe abandonar La Moncloa. El Partido Popular se ha quedado tan lejos de la mayoría absoluta que no le bastan los apoyos de antaño, es decir del PNV y CC. No digamos de CiU, que ya ni existe, y lo que ha quedado es un partido liderado por un Artur Mas al que sólo le importa la independencia de Cataluña ¡Qué tiempos aquellos en los que Aznar hablaba catalán en la intimidad con Pujol, obteniendo así el PP el apoyo de CiU para gobernar en minoría pero sin sobresaltos. Ahora todo eso ha cambiado. Ciudadanos ha dicho que no votará a favor de la investidura de Rajoy, que se abstendrá para permitir dar algo de estabilidad a un gobierno renqueante. Podemos votará en contra; imagino que lo mismo harán los nueve diputados de ERC y los ocho de DL - el grupo de partidos en el que está Mas; al igual que el resto de fuerzas minoritarias. Ni siquiera el hipotético apoyo de los seis parlamentarios del PNV darían a Rajoy el número suficiente de votos para seguir en La Moncloa. Así que parece más que evidente que Rajoy no será el próximo presidente del Gobierno.
La otra posibilidad, con la que Pedro Sánchez juega aunque no lo diga, es ser él presidente de un gobierno multicolor, multifacético, multitodo, si se me permite la expresión, en el que la voz cantante la tendrían Podemos y ERC. En el PSOE, algunos barones ya han saltado al ruedo para decir que, cuidadito con querer llegar a La Moncloa a toda costa, porque no todo vale en el Partido Socialista y menos si lo que está en juego es la unidad del páis. Ferández Vara y Susana Díaz, entre otros, han dicho que ir de la mano de Podemos, cuya premisa para pactar es la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña, no forma parte de la hoja de ruta del PSOE. Sánchez, sin embargo, parece ir a lo suyo y hoy mismo ha dicho que las decisiones, al final, las toma él que para eso es el secretario general del partido. Olvida Sánchez que existe un órgano del partido encargado de decidir sobre pactos ¿Está Sánchez dispuesto a todo, incluso a llevarse por delante al partido, con tal de convertirse en el próximo inquilino de La Moncloa? Es lo que le faltaba al partido de Felipe González. 
El próximo 13 de enero se constitiyen las nuevas Cortes Generales y será entonces cuando veamos hasta qué punto los políticos van a demostrar su capacidad de diálgo. La composición de las Mesas del Congreso y del Senado y la elección de sus respectivos presidentes nos dará una idea de por dónde van a ir las negociaciones. Ojalá los políticos de las cuatro fuerzas parlamentarias mayoritarias actúen con la suficiente altura de miras como para no tener que repetir las elecciones dentro de dos meses, y permitan que el Congreso se convierta en el centro de la actividad política aunque sea durante una legislatura de un año y medio o dos. 
Mientras tanto, España mantiene colgado el cartel de 'Se busca presidente del Gobierno'. 

¿Aquí no dimite nadie?
Una última reflexión sobre el 20D que no quiero dejar pasar. Me sorprende que ni en el PP ni el PSOE se haya hablado de dimisiones tras los desastrosos resultados electorales. 
No entiendo que Rajoy siga postulándose como presidente, en vez de entregar el testigo al partido. Sobre todo, porque, como he dicho, no parece que vaya a lograr los apoyos necesarios en el Congreso de los Diputados para seguir como presidente del Gobierno. En el PP, su antecesor en el cargo, José María Aznar, que se la tiene jurada a Rajoy por díscolo, dijo el lunes que sería bueno celebrar un congreso cuanto antes para elegir al nuevo líder del PP, y que ese congreso debería ser abierto. ¡A buenas horas mangas verdes! Aznar, que con su dedo designó a Rajoy su sucesor ahora quiere que los militantes decidan. En fin, ver para creer. Lo que creo que es Rajoy no deberá esperar a la celebración del congreso del PP, y haría bien en dimitir si no logra ser investido presidente del Gobierno. A ver...
En el caso de los socialistas, era obligada la renuncia de Pedro Sánchez la misma noche de las elecciones, después del revolcón en las urnas, después de perder 20 escaños con respecto a las elecciones anteriores, después de quedarse por debajo de los cien diputados. Es una pena que
Sánchez no se parezca a Joaquín Almunia, candidato a la presidencia del Gobierno en el año 2000, que tras la derrota electoral y la pérdida de 16 escaños, presentó su dimisión como secretario general la misma noche de las elecciones. Sánchez, que desde que es secretario general, sólo ha visto cómo el PSOE ha ido perdiendo apoyos entre los votantes en las distintas elecciones que se han celebrado, no sólo no ha dimitido sino que ha amenzado con presentarse a la reelección como secreterario general del PSOE. 

Reparto de escaños tras los resultados de las elecciones generales del 20D.









miércoles, 16 de diciembre de 2015

20D: DEBATES EN CAMPAÑA O CÓMO NO MORIR EN EL INTENTO

Han pasado ya los dos grandes debates de la campaña electoral. Primero, el que reunió a los candidatos a la presidencia del Gobierno de las cuatro formaciones políticas que, según las encuestas, obtendrán más votos. Uy, perdón, que no estaba el líder del PP. Mariano Rajoy mandó a su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría. 
Segundo, el ¿debate? que enfrentó, porque aquello fue un enfrentamiento, por un lado, a Pedro Sánchez, peso pesado del socialismo, y por otro, a Mariano Rajoy, peso pluma del PP.
A estas alturas se ha escrito y se ha dicho de todo sobre los dos debates. Mi conclusión, en el caso del que reunió a Pedro Sáncehez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría, es que los mejores fueron los periodistas encargados de moderar y preguntar, Ana Pastor y Vicente Vallés. Los políticos me decepcionaron. Los cuatro, sí. Incluso Albert Rivera, que parecía que tenía hormigas en el cuerpo. ¡Por favor que alguien le dé algo a este chico para que pare de moverse!, pensaba yo, nerviosa.
Al día siguiente las encuestas decían que había ganado Pablo Iglesias. Yo no lo creo porque su discurso demagógico ya nos los sabemos. Qué fácil es ofrecer el país de las maravillas sabiendo que no vas a gobernar. No necesitas respaldar dichas propuestas, a las que yo me apunto ¡cómo no!, con datos, con números, con cifras que expliquen de dónde vas a sacar el dinero para hacer de España ese idílico país. Además, cometió, para mi gusto, un error enorme. Fue sin chaqueta y acabó haciendo un Camacho. Y eso queda mal. Qué decir de Pedro Sánchez. No le tengo manía, aunque lo parezca, pero no puedo con esa sonrisa permanente que, de nuevo, no se quitó en todo el debate. Lo peor, a mi juicio, además de la sonrisa, fue que hablaba mirando a la cámara en vez de a sus oponentes, incluso cuando estos se dirigían a él. Un político que no mira de frente, malo. 
Mariano Rajoy no fue al debate. ¿Para qué? ¿Qué necesidad había? Lo mejor, la explicación de Soraya cuando le preguntaron los periodistas. "En el PP somos un equipo". Y se quedó tan pancha. Con un par, sí señor.Vaya papelón para la vicepresidenta del gobierno y número dos por Madrid en la lista al Congreso de los Diputados. Estaba la mujer toda tiesa, hierática incluso. Normal, yo creo que no era capaz de digerir tamaña excusa para estar allí en vez de su jefe. No digo nada del contenido porque no me llamó la atención el discurso de ninguno. Más de lo mismo. 
El segundo debate fue el que celebraron cara a cara Rajoy, esta vez sí, y Sánchez. En el momento en el que los argumentos fueron sustituidos por los insultos, comprendí que el 20 de diciembre este país necesita de verdad otros políticos. Antes de que los dos perdieran los papeles, el debate era aburrido, rancio, previsible con el "y tú mas", carente de contenidos. No pude terminar de verlo. Sí me sorprendió la transformación del dirigente socialista de un debate a otro. En una semana pasó del sonriente Pedro "Bello", de los autos locos, al increíble Hulk ¡Qué barbaridad! ¿Pero quién es el asesor de Sánchez? Alguien del PP, como mínimo. ¿Quién tuvo la peregrina idea de animarle a saltar al cuadrilártero y sustituir la insufrible sonrisa por la carra de perro? El juego limpio, el fair play, que dicen los angolsajones, debería ser para los políticos un princpio fundamental de sus actuaciones. Tratar de arañar votos con insultos es torpe y mediocre. 
Con todo, me alegro de que haya debates. Creo que es bueno que los políticos debatan pero sería aconsejable darle una vuelta a los formatos para que sean más ágiles; y sería bueno también que no quedaran fuera de esos debates partidos como IU o UPyD, que tienen representación política en el Parlamento.  
Y a todo esto, ¿sirven los debates para atraer el voto o incluso para cambiarlo? No sé qué dirá ese 40% de indecisos. 

Nota:
A pocos días para que termine la campaña, esta tarde un chico de 17 años le ha dado un puñetazo en la cara a Mariano Rajoy cuando paseaba por la plaza de La Peregrina, en Pontevedra. Un suceso lamentable e injustificable. Si lo que quería este energúmeno era salir en la televisión, hay formas más pacíficas. Si pretendía expresar su malestar con el Gobierno del PP, recordarle que el domingo hay elecciones, aunque él no pueda votar, y que son las urnas los que quitan y ponen a los gobiernos, nos gusten o no los resultados.    
La violencia, verbal o física, quita la razón a quien la practica, por muy poderosa que ésta sea. 
Debate a cuatro organizado por Atresmedia.









sábado, 5 de diciembre de 2015

20D: ARRANCA LA CAMPAÑA CON EL CIS COMO PROTAGONISTA

Por fin ha comenzado oficialmente la campaña para las elecciones generales del 20D. Digo por fin porque llevamos meses en precampaña. Desde el viernes los líderes políticos ya pueden pedir el voto directamente en las calles, en los mítines, en la televisión, ya sea cocinando con Bertín Osborne o ante un atril en un debate a tres o cuatro, según se anime o no el PP a participar. Qué entretenido todo. Qué ganas de que llegue el 20 de diciembre para saber cómo va a quedar el Congreso de los Diputados y, por qué no decirlo, también el Senado. 
Una cosa ya podemos anticipar. Y es que no habrá mayoría absoluta de ningún partido, según todas las encuestas. Bien, creo que es una buena noticia para la salud democrática de este país que tanto ha sufrido en los últimos cuatro años el absolutismo popular. 
Los sondeos, como dije en una entrada anterior del blog, se suceden y, según quién los haga, beneficia a unos o a otros. Así que vaya por delante que las encuestas son sólo eso. Los resultados, al final, serán los que salgan de las urnas el próximo domingo 20 de diciembre. 
De entre todos los estudios, el del CIS es el que más repercusión tiene. Y en esta ocasión ha sido el que ha dado el pistoletazo de salida a la campaña electoral. El día antes de que ésta comenzara, se hizo pública la encuesta sobre intención de voto realizada por el organismo oficial entre el 27 de octubre y el 16 de noviembre. 
¿Y qué es lo que dice el CIS?  
Dice que el PP de Mariano Rajoy ganará las elecciones. La verdad, no puedo entenderlo ¿Después de estos cuatro años de recortes a costa de los trabajadores, de una reforma laboral brutal que ha convertido los sueldos en subsidios y ha fomentado la precariedad en el empleo, después de cuatro años de mentiras y va a continuar siendo el partido más votado? No lo comprendo. Al menos, me consuela saber que no obtendrá mayoría absoluta, si se confirma el resultado, ya que los populares pasarían de 186 diputados que tienen en la actualidad a 120-128. 
La segunda reflexión es que el PSOE de Pedro Sánchez sigue en caída libre. Según el CIS, los 110 diputados actuales se quedarían en 77-89. Esto sí que es para echarse a temblar porque, de nuevo, sería el peor resultado de la histórica formación. En el partido, los datos han sido recibidos como un jarro de agua helada, no fría, helada. Este partido, que desde el año 2008 ha ido perdiendo apoyos entre los votantes, eligió un secretario general cuyo tirón es más que dudoso. Y eso que Sánchez aparece como el  segundo líder mejor valorado, detrás del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.
Creo que el PSOE lleva años equivocándose. Primero, al hacer una renovación entre sus filas que ha dejado fuera a personas muy válidas, políticos de toda la vida cuya experiencia y compromiso con los principios socialistas eran perfectamente compatibles con los nuevos tiempos. Segundo, por su indefinición en asuntos importantes, como el tema catalán, por citar el más actual (Así le ha ido al PSC en las elecciones autonómicas). Y tercero, por sus discursos vacíos de contenido, y en este punto, tengo la impresión de que Sánchez es el principal responsable. Está claro que no acaba de transmitir ilusión ni resulta creible. Sus intervenciones, al menos a mí, no me dicen nada.  
El PSOE, además, tiene en contra la aparición de dos partidos que buscan ocupar parte de su espacio político: Ciudadanos y Podemos. 
En el caso de Ciudadanos, el partido que se autodefine de centro, el sondeo del CIS le da entre 63 y 66 escaños. Su presidente, Albert Rivera, es el líder mejor valorado por los encuestados y no se cansa de decir que él no es ni de derechas ni de izquierdas, que lo suyo es una nueva forma de hacer política basada en la regeneración política y democrática de España, que quiere poner en marcha una segunda transición en la que la sociedad civil sea la protagonista. Lo hará o no, pero es incuestionable que Ciudadanos es la única fuerza política que aumenta en intención de votos, mientras el PP se ha estancado y el PSOE, como he dicho sigue en caída libre. 
Al PSOE también le intenta comer terreno Podemos, el partido de Pablo Iglesias que sorprendió en las elecciones europeas y que ha ido perdiendo fuerza y apoyos. Y es que, claro, cuando uno se presenta poco menos como el partido de la revolución, el partido que va a poner a los ricos en su sitio y va a dar a todos los ciudadanos una renta básica universal, sin contar de dónde va a sacar el dinero para hacerlo, pues pasa lo que pasa. Aún así, es importante la presencia de Podemos en el Congreso que, según el CIS, contará entre 23 y 25 diputados.
Así que al PSOE, entre sus errores internos y los partidos nuevos, se le presenta un panorama complicado desde el punto de vista electoral el próximo día 20. Al PP no le pasa porque la derecha, la extrema y la menos extrema, se aglutina dentro de sus filas y no tiene que competir con nadie. 
Por otro lado, me parece interesante también destacar que, según el CIS, aún hay un 41, 6 por ciento de personas que no saben a quién van a votar. Los partidos se volcarán estos quince días de campaña en tratar de convencer a estos indecisos, pero harían bien en preguntarse qué están haciendo mal para que haya un porcentaje tan alto de ciudadanos que, a un mes de las elecciones, no sabe a qué partido va a votar. Muchos ni siquiera votarán. No olvidemos que la abstención ha aumentado en los últimos años, pasando del 26,5% en las elecciones de 2008 al 29,14% en el año 2011. 
Nos esperan días intensos de políticos prometiendo bajada de impuestos, ayudas, creación de empleo, vivienda para todos, educación de calidad, sanidad pública y sin listas de espera, etcétera, etcétera, etcétera. 
Propongo que sea obligatorio cumplir al menos el 50 por ciento del programa electoral, y penalizar al partido del gobierno que, al cabo de cuatro años, se haya saltado a la torera esos objetivos. Para que no valga todo, para que no venga un señor y al día siguiente de ganar las elecciones haga todo lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. Y no miro a nadie, señor Rajoy.


Imagen del hemiciclo del Congreso de los Diputados.