sábado, 23 de enero de 2016

IGLESIAS Y RAJOY DICTAN LA AGENDA DE SÁNCHEZ

La XI Legislatura ha comenzando renqueante, a paso de tortuga, sin saber cuándo se celebrará la apertura solemne y, mucho menos, quién será el candidato que se presente en el hemiciclo para ser investido presidente del Gobierno. No hay plazos y después de lo ocurrido este viernes, todo apunta a que seguiremos en "funciones" unas cuantas semanas más. 
El viernes fue un día de sobresaltos, sobre todo para el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que no imaginaba que Mariano Rajoy y Pablo Iglesias le iban a dictar su agenda. 
Cuando Pablo Iglesias fue recibido por la mañana por el rey Felipe VI en Zarzuela, algunos diputados de Podemos se limitaron a decirnos a los periodistas, sonriendo de forma enigmática, que "habrá sorpresas", como así fue. La rueda de prensa de Pablo Iglesias, rodeado por sus más allegados, no dejó indiferente a nadie. "Le he informado al rey de mi oferta de formar un gobierno de coalición con el PSOE donde Pedro Sánchez sea presidente y yo vicepresidente". Vaya, pensé, este va a por todas. Entonces siguió hablando y en el momento en el que comenzó a enumerar los ministerios que exigía Podemos - Economía, Defensa, Exteriores, Interior y uno nuevo de Plurinacionalidad - supe que estábamos ante una propuesta trampa. Podemos, en realidad, no quiere un gobierno de coalición, quiere que se repitan las elecciones. Hace una propuesta imposible que Sánchez no puede aceptar ni en sueños, y el partido morado queda como Dios ante los electores de izquierdas porque es el PSOE el que ha rechazado formar un gobierno de progreso, defensor de los derechos sociales, que sólo Podemos representará el Gobierno que saldría de unas nuevas e hipotéticas elecciones generales. Y es que, además, esta propuesta tramposa se presentó públicamente en rueda de prensa en el Congreso, sin que el propio Sánchez, que es a quien iba dirigida, supiera nada al respecto. Pablo, que ha vuelto a demostrar que es el rey del marketing, aprovechó para dejar nuevamente claro que desprecia a Sánchez porque no es esta la mejor manera de iniciar un diálogo, salvo que en el fondo no se quiera ese diálogo, que es lo que yo creo; porque no se puede hablar de quien quieres que sea tu interlocutor en los términos que utilizó Iglesias cuando dijo algo así como que Sánchez, si llega a presidente "será una broma del destino que deberá agradecer siempre" a él, claro, a Pablo Iglesias; porque no se puede ofrecer un pacto llevando ya medio gobierno hecho a un futuro presidente que, según la Constitución, es quien propone a los miembros de su gabinete; porque no se puede ir de sobrado, exigiendo también la entrada en el Gobierno de Alberto Garzón, de Izquierda Unida. Desprecio y falta de cortesía hacia un Pedro Sánchez que, será lo que sea y nos gustará más o menos, pero ni él ni el PSOE se merecían tal falta de respeto. Pablo se fue como entró de la sala de prensa, con su sonrisa de suficiencia, junto a sus "ministrables". 
Todos esperábamos que llegara Pedro Sánchez de su audiencia con el rey, expectantes ante la reacción que tendría el líder del PSOE a una oferta de la que se enteró por el propio Felipe VI. "He salido y me encuentro que ya tengo medio gobierno hecho", ironizó. Poco más dijo el dirigente socialista, que aunque dijo que no estaba descolocado se le veía bastante descolocado y se limitó a decir que "es el tiempo de Rajoy", "es Rajoy quien debe intentar buscar los apoyos y presentarse a la sesión de investidura" y "si fracasa, entonces dialogaré con todos los partidos, sin excepción" para intentar obtener los apoyos "que me permitan salir investido". Estaba claro que Sánchez lo que buscaba era tiempo para acercar posiciones con Podemos, con Ciudadanos, con todos menos con el PP, para que tras el fracaso de Rajoy en la investidura, él pudiera garantizar una mayoría necesaria que le convierta en el presidente de la XI legislatura. 
Pero entonces, por la tarde, ya a última hora, sale Rajoy de su audiencia con el rey. Y es la propia Casa Real la que informa en un comunicado de la decisión del presidente en funciones de "declinar" presentarse a la investidura. ¿Para qué se va a presentar si no tiene el apoyo de ningún grupo? ¿Para qué se va a presentar si hay una oferta sobre la mesa de Podemos para formar gobierno con el PSOE? La oferta de Iglesias a Sánchez fue la salvación de Mariano, la excusa perfecta para no tener que presentarse, para no tener que salir escaldado de una sesión de investidura en la que todos querían darle un revolcón, incluidos algunos de su propio partido. Lo más llamativo de todo es que el líder del PP dice que no se somete a la sesión de investidura "por el momento", que seguirá buscando apoyos. Rajoy no deja de sorprenderme. En realidad lo que yo creo que quiere decir el presidente del gobierno en funciones es: "que se queme Sánchez primero y luego ya veremos si cambian las cosas y puedo presentarme yo, o vamos a elecciones anticipadas". Otro al que la idea de repetir en las urnas no le desagrada porque sabe que muchos votantes enfadados del PP volverán al redil ante la situación de inestabilidad o la posibilidad de que Iglesias sea vicepresidente del Gobierno. Así que imagino a Rajoy feliz ayer al escuchar a Iglesias; imagino a Rajoy diciendo "chúpate esa Sánchez; querías tiempo, pues no te lo veo y dar".
Dicen que en la calle Ferraz, la sede central del PSOE en Madrid, el estupor y la incredulidad invadieron todos los despachos ante los órdagos de Iglesias, primero, y de Rajoy, después. Me lo creo porque fue como si Sánchez hubiera sido arrollado por el tren Iglesias por la mañana y cuando al cabo de unas horas ya se estaba levantando le arrollara el tren Rajoy. Sánchez, cuya situación no envidio, recibió ayer un whatsapp de Iglesias: "Pedro, tenemos que hablar sobre mi propuesta de Gobierno". Esto es como cuando en las parejas una de las partes tiene algo que decir que sabe que no le va a gustar a la otra parte; “tenemos que hablar” es una frase que asusta un poco. Parece ser que Sánchez le dijo que sí, que hablarán por teléfono pero que todo a su tiempo, que era el momento de Rajoy. Eso fue antes de que Rajoy hiciera su triple mortal con tirabuzón y cayera de pie. 
Pedro, que debe de estar que echa humo tratando de buscar una salida airosa a toda esta complicada situación en la que le han puesto unos y otros, hoy mismo ha llamado por teléfono a Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, con quien ha mantenido una conversación, una primera toma de contacto para ver si acercan posiciones. Empieza así un intenso proceso de conversaciones entre los partidos, una semana en la que habrá que estar al tanto de cada movimiento. 
A todo esto, el miércoles, de nuevo, el rey comenzará otra ronda de contactos con los líderes de los partidos con representación parlamentaria para saber a quién apoyarán en la sesión de investidura. Se supone que, para cuando finalicen los encuentros, podrá proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno. Podría ser que, Rajoy, para entonces, ya haya logrado los apoyos suficientes y le diga al rey que, sí, que esta vez sí aceptar ser candidato. No es muy factible pero tampoco imposible. Puede ser que sea Pedro Sánchez quien sepa ya si cuenta con los votos suficientes para someterse a la investidura y formar un gobierno monocolor, bicolor, multicolor, con Pablo Iglesias de vicepresidente o un vicepresidente socialista, y con ministros ya decididos desde Podemos que incluyan el de Plurinacionalidad o ministros sólo del partido del propio Sánchez. No veo yo al PSOE en la tesitura de tragar con las exigencias de Podemos. Al menos, no al PSOE actual; a otro en el que no estén los barones ni Susana Díaz, igual sí. Pero esa es otra historia.

Pedro Sánchez.

jueves, 14 de enero de 2016

CATALUÑA, LA INFANTA Y EL NUEVO CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La vuelta de Navidades está siendo de todo menos tranquila en el ámbito político y judicial. Con un presidente catalán elegido en el último momento, con una infanta sentada en el banquillo de los acusados y con una sesión constituyente del Parlamento más circense que otra cosa. Entretenidos estamos, de eso no cabe duda. 
1. Cataluña y su presidente independentista:
Todo comenzó el fin de semana con el acuerdo in extremis de JpS de Artur Mas con la CUP para evitar unas nuevas elecciones autonómicas en una Cataluña que se desangra finacieramente por los cuatro costados. La Mas-carada de Artur se resolvió colocando a Carles Puigdemont en su lugar con el mismo discurso con el que el propio Mas no había logrado ser investido presidente. Corta y pega. No se molestaron en hacer un refrito, en cambiar párrafos o incluir novedades. ¿Para qué? Si el ex alcalde de Girona es Mas pero con menos edad y otro peinado. Aún no me ha quedado clara la posición de la CUP en todo este asunto, más allá de que unos han tenido que renunciar a sus escaños y otros se han pasado al grupo de JpS. El disparate padre. 
Tras la elección del nuevo presidente, al día siguiente se produjo la toma de poesión de Puigdemont, con un fórmula hasta ahora inédita y que, se supone que es el inicio de la desconexión de Cataluña con el resto de España, al limitarse a garantizar como jefe del ejecutivo autonómico la "fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña". Sin prometer o jurar fidelidad a la Constitución, al Estatuto o al rey. ¿Para qué?, si el plan del nuevo gobierno es proclamar la independencia en el plazo de 18 meses y la redacción de una Constitución propia. La fórmula utilizada para prometer el cargo ya ha sido cuestionada por el Gobierno de Rajoy y su ministo de Justicia ha pedido a la Abogacía del Estado que estudie su legalidad o no. Al final, me temo, que todo el proceso seguirá adelante, con este nuevo presidente que su día ya hablaba de expulsar de Cataluña a los "invasores", sin especificar si se refería a los ciudadanos del resto de España o a los extraterrestres. 

Carles Puigdemont, nuevo presidente de Cataluña.

2.La hermana del rey a juicio:
Del sobresalto catalanista a la imagen de la hermana y el cuñado del rey sentados en el banquillo de los acusados el primer día del jucio por el llamado caso Nóos. Demoledora imagen de la infanta que durante las 13 horas que duró la sesión no se movió y no dejó de mirar al frente, donde, por cierto, había un cuadro con la foto de su hermano Felipe VI. ¿Qué se le pasaría por la cabeza al mirarle? Complicada situación para Cristina de Borbón y para la Casa del Rey. Fue una sesión en la que se puso de manifieto que los abogados de la infanta no están solos en sus intentos por sacarla cuanto antes de ese banquillo, alegando la ya famosa doctrina Botín. Una doctrina a todas luces basada en privilegios, con lo que, de admitirse, será establecer un privilegio sobre otro. Para que luego digan que la justicia es igual para todos. Ni la justicia ni Hacienda. Eso nos quedó claro cuando una de las abogadas del Estado intervino para explicarnos, que aquello de 'Hacienda somos todos' es un reclamo pulicitario. Por favor, señores. ¿Desde cuándo nos creemos lo que nos venden los anuncios? Si no nos creemos que un detergente lava más blanco porque tiene no sé qué micripartículas con nombres imposibles de repetir, por qué nos vamos a creer el eslogan de Hacienda. Si está más que demostrado que no es verdad, y no lo digo sólo por la infanta, sino por los Pujol, Rato, Bárcenas y tantos otros. Luego está el fiscal Horrach, sacándose de la manga como un prestidigitador un documento de la Hacienda pública en la que se dice que Cristina de Borbón no debe nada al fisco. Documento que nada tiene que ver con los años por los que está sentada en el banquillo. Otro disparate. Mientras, Miquel Roca, abogado de la infanta, demostró estár tan tranquilo sobre el futuro procesal de su defendida que se permitió echar una cabecadita. 
La infanta, ya digo, como si fuera una estatua ni siquiera se rió como el resto de los que se encontraban en la sala cuando el abogado de Torres, ex socio de Urdangarín, dijo que él era "heterodoxo sexual", en vez "heterodoxo procesal". Una anécdota simpática en un entorno nada simpático pero que permitió relajar un poco la tensión entre los asistentes, excepto en el caso de la hermana del rey que no dejaba de mirar a su hermano (a la foto). En breve sabremos si Cristina tiene que volver al banquillo de los acusados o no, pero después de los alegatos escuchados por las partes el lunes, es posible que Iñaki tenga que acudir sólo al juicio. Un alivio para Felipe VI que, por cierto, el lunes debía de estar tan pendiente de este tema que optó por darse por enterado del nombramiento del nuevo presidente catalán por correo electrónico, en vez de recibir a la presidenta del Parlament, como es habitual. Un error, a mi entender. Creo que su padre, el rey campechano, la hubiera recibido para dejarle claro su malestar por lo que está ocurriendo en Cataluña. Después de todo el rey, nos guste o no, es el Jefe del Estado. Felipe, este vez, se equivocó con ese desplante. 
La infanta Cristina.


3-Había una vez un circo...en el Congreso de los Diputado.
Ayer vi con asombro la sesión constitutiva del nuevo Congreso de los Diputados, el que salió de las urnas del 20 de diciembre, con más caras nuevas que viejas y la entrada con fuerza de partidos como Ciudadanos y Podemos. Lo que yo imaginaba que iba a ser una más de estas sesiones tediosas en las que se vota al presidente del Congreso y al resto de los miembros de la Mesa y las anécdotas hay que buscarlas con lupa, se convirtió ayer en un circo en el que no faltaron las proclamas y nuevas fórmulas para jurar o prometer el cargo de diputado - ¡algunos llevaban escrito lo que tenían que decir! -, una diputada se llevó a su bebé convirtiéndole en protagonista, diputados que querían entrar en bicicleta, otros que llegaron acompañados hasta la Carrera de San Jerónimo por una banda de música, grupos que querían ocupar la parte izquierda del hemiciclo a toda cosata, grupos que no se dejaban quitar ese espacio, otros que no sabían ni cómo llegar al hemiciclo. En fin, una sesión muy entretenida que, si no me equivoco, fue la antesala de lo que vamos a ver en el Parlamento mientras dure la legislatura. 
Desde el punto de vista puramente político, el nuevo presidente del Congreso, el socialista Patxi López, elegido gracias al apoyo de sus diputados y de los de Ciudadanos y a la abstención del PP, habló de dialogar, dialogar y dialogar, en una legislatura que, efectivamente, o se dialoga o será un visto y no visto. Podemos, sin embargo, no parece estar por la labor y, al menos, en este momento, no acabo de ver que el próximo presidente del Gobierno sea Pedro Sánchez, quien confia en contar con el voto de los partidos de la izquierda. 
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ayer no ocultaba su enfado por el acuerdo al que se había llegado para nombrar a Patxi López presidente del Congreso; no ocultaba su enfado por el rechazo del PSOE y de Ciudadanos y del PP para permitir que el partido morado tenga cuatro grupos parlamentarios en la Cámara baja. Mientras no se le pase el cabreo, creo que a Sánchez le va a ser complicado lograr su objetivo de ser investido presidente del gobierno. 
Y es que, además del enfado, a Podemos le interesa que se repitan las elecciones. Su populismo llevado al paroxismo quedó patente ayer durante la sesión constitutiva del Congreso. En un encuentro con Albert Rivera que tuvo a Carlos Herrera de moderador, saltaron chispas por parte de Iglesias, que arremetió contra Ciudadanos y contra el PSOE. 
Una cosa voy a decir. Me encanta que Podemos esté en el Parlamento pero estaría bien que mostrara un talante más negociador porque eso es lo que que han dicho las urnas. Que nada de mayorías absolutas, que los partidos deben sentarse a negociar para sacar adelante proyectos que acaben con los problemas del país. Podemos ha entrado en el Congreso como si fuera la fuerza más votada, y es la tercera, con una actitud ofensiva hacia un acuerdo en el que ellos no han participado. Dice Pablo Iglesias que con el PP nada de nada. Estupendo. Menos estupenda es su actitud de ir a degüello contra quienes se sientan a hablar con todos, incluido PP y, como dice Rivera, "ojalá que también Podemos se quiera sentar a hablar" para sacar adelante propuestas que mejoren la vida de los españoles. Ojalá los diputados de Podemos se apéen de la intolerancia que vimos ayer. 
                      


Sesión constituyente del Congreso de los Diputados.