domingo, 20 de septiembre de 2015

IMAGINEMOS QUE ARTUR MAS SABE LO QUE QUIERE

Artur Mas se tiró al monte en 2012 y ahí sigue, agitando la bandera independentista, llamando la atención dentro y fuera del país un día sí y otro también. Todo el mundo opina sobre la cuestión catalana. Los medios de comunicación se ocupan cada día del asunto, los políticos critican la sinrazón del plan de Mas. Los expertos hablan sobre la ilegalidad que supone declarar de forma unilateral la independencia de una Comunidad Autónoma. Otros advierten de las graves consecuencias que tendría la medida para la economía catalana. Los empresarios amenzan con llevarse sus empresas de Cataluña. Los principales líderes extranjeros aseguran que Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea, de la OTAN, de todo organismo internacional, incluso del euro. 
Estoy segura de que Artur Mas sabe perfectamente todo esto y por eso sale siempre con esa sonrisa como de enajenado mientras sigue con su discurso de romper con España. Pero no creo que haya enloquecido, como parece. Tengo la impresión de que está llevando a cabo un plan perfectamente trazado con unos objetivos muy concretos. Y, desde luego, sacar a Cataluña de España no es uno de ellos. 
Sí, ya sé que desde el año 2012 el tema catalán ha ido a más (y no, no es un juego de palabras). Desde que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy le dijo a Artur Mas que nones a la propuesta de Pacto Fiscal que el Parlament catalán había aprobado con los votos de CiU, ICV-EUiA y ERC, la bola ha ido creciendo, creciendo, hasta llegar a donde estamos hoy. Creo que Mas le dijo a Rajoy con esa sonrisa que todos conocemos. 'Muy bien, pues habrá que tomar decisiones'. Y así empezó el proceso soberanista y las proclamas a favor de una Cataluña independiente. 
En estos tres años hubo elecciones anticipadas en 2012 en las que, por cierto, CiU perdió 12 escaños; una propuesta de referéndum en 2013 con dos preguntas que no daban lugar a dudas: '¿Quiere que Cataluña sea un Estado?' y 'En caso afirmativo ¿quiere que este Estado sea independiente?'. Referéndum que no se celebró porque sería incurrir en una ilegalidad y el propio Mas ha dicho que él no quiere saltarse las leyes. El referéndum, como sabemos, fue sustituido por la mascarada de una consulta popular declarada ilegal. Ahora, de nuevo, hay elecciones autonómicas el próximo 27 de septiembre. 
Artur Mas se presenta el cuarto, no el primero ni el seguno...el cuarto, en la lista de la coalición Junts pel Sí, formada por Convergencia, Esquerra Republicana y Movimiento d'Esquerres. Unió, socio de Convergencia desde 1978, cree que Mas está yendo demasiado lejos en el plan soberanista y se presenta por su cuenta.
La coalición en la que está Artur Mas ya ha dicho que si gana el 27 de septiembre declarará la independencia de Cataluña. Mas lo dice sin dejar de sonreír, como queriendo decir, 'nosotros vamos a hacer eso, otra cosa es que nos dejen'. Él sabe que no es posible. Pero sigue jugando a la confusión diciendo que el 27-S se celebran elecciones plebiscitarias. Como si existiera en España esta fórmula. Él sabe que no, que en nuestro ordenamiento jurídico se contemplan elecciones o referéndum, referéndum o elecciones, pero las dos cosas juntas, no. Mas lo sabe perfectamente pero sigue aferrándose a un discurso falso, tramposo, sigue aupado en el postuereo, y no deja de sonreír porque lo que persigue con todo este lío de la independencia es otra cosa. 
Al igual que Don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, en la magnífica novela 'El Gatopardo', de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, creo que Artur Mas, que no es un iluminado aunque lo parezca, ni se ha vuelto loco aunque también lo parezca, considera que 'hace falta cambiar algo para que todo siga igual'. Es decir, que para que Cataluña siga siendo parte de España es necesario que haya algún cambio en las relaciones entre la comunidad autónoma y el resto del país. 
El pacto fiscal. Esa es la clave. Ahí empezó todo. Mas lo que quiere es una reforma que otorgue a Cataluña una mayor autonomía. El Estado de las Autonomías sirvió para lo que sirvió, pero es hora de acordar un nuevo modelo territorial, decidir si debemos mantener un Senado que se pensó como Cámara de representación territorial pero se ha convertido en un cementerio de políticos. Otra cosa es lo que los partidos decidan. Un modelo federal como propone el PSOE, una confederación como plantean otros partidos. Lo que está claro es que el actual modelo autonómico no satisface a nadie y parece necesaria una reforma de la Constitución de 1978. 
El PP se muestra reacio a dar ese paso, quizá porque habría que aprovechar para plantear la reforma de otras cuestiones más delicadas o porque sabe que ni su partido ni el resto sabrán estar a la altura de lo que se necesita para reformar la Carta Magna. Amplitud de miras, generosidad, negociación, ceder. En definitiva, alta política. 
Mas ha tirado por la calle de en medio yéndose al extremo de la ruptura como una forma de presionar para sentarse a negociar. Eso por un lado. Pero Artur Mas, que es tan ladino como Don Fabrizio, también ha utilizado el ruido del independentismo para acallar otros debates más incómodos para él y que le afectan personalmente. Si se habla de independencia apenas trasciende su pésima gestión como presidente de la Generalit, ni se habla demasiado de los casos de corrupción en Convergencia, ni del desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas en Cataluña, ni del despilfarro, ni de la ruina económica en la que Convergencia ha dejado las arcas públicas de una comunidad autónoma que no es ni la sombra de lo que fue. Pocos medios hablan de ello y cuando lo hacen, cuando le preguntan, Mas sólo responde que es todo obra de una persecución contra su persona porque quiere sacar a Cataluña de España. Y lo dice con su eterna sonrisa, esa que está diciendo 'ya lo sé, hombre, pero si ya sé que lo que digo no tiene ni pies ni cabeza'.
Todo forma parte de la misma mentira, de la misma 'simulación'. Y es que, como dice Ignasi Guardans, ex alto cargo de Convergencia, lo de Artur Mas no es sino una simulación. Como si a mí me da por ponerme a pilotar un avión lleno de pasajeros pero lo hago desde un simulador de vuelo porque en realidad no tengo ni idea de pilotar una nave. Voy tan tranquila arriba y abajo porque sé que si estrello el avión no va a pasar nada, no nos vamos matar.  Pues sí, yo también creo que Artur Mas lleva tres años subido a un simulador y que propone lo que propone porque sabe que en realidad no va a pasar nada. Porque su objetivo es otro. Es lograr que el estado español dote de mayor autonomía a Cataluña y que no se hable de él como el peor presidente de la Generalitat catalana. 


Artur Mas (2ºD) con los otros candidatos de Junts pel Sí.













viernes, 4 de septiembre de 2015

AYLAN KURDI Y KINAN MASALMEH, LOS ROSTROS DE LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS

Ha tenido que morir ahogado para ponerle nombre y conocer su historia. Estupefactos, con horror y un nudo en la garganta, nos hemos asomado a través de las portadas de medio mundo a la realidad más descarnada y dramática de los refugiados, en su mayoría sirios, que huyen del terror en busca de ayuda. 
Hoy todos sabemos que el pequeño de camiseta roja y pantalón azul que yacía boca abajo en una playa de Turquía, se llamaba Aylan Kurdi, que tenía tres años y que viajaba junto a su familia en una barcaza hinchable desde la costa turca hacia la isla griega de Kos, donde nunca llegó. 
Junto a Aylan, también murieron su hermano Galip, de cinco años, y la madre de ambos, Rihan, de 35. Abdulá Kurdi es el padre. El único superviviente. Desesperado, sin consuelo, cuenta que ahora sólo quiere volver a su casa en Kobane, Siria, para enterrar a los suyos. Kobane, de donde huyó para intentar poner a salvo a su familia. Canadá les negó el asilo que solicitaron. Leo indignada que Canadá ahora sí acepta acogerle, ahora que ha perdido a su familia. A Abdulá ya no le importa si le matan en Siria. Abdulá sólo quiere que Europa tome conciencia de lo que ocurre en Siria, quiere que el mundo sepa lo que está ocurriendo con los refugiados porque no quiere que otras familias sufran, no quiere que a otros les pase como a él. Abdulá hace un llamamiento para que la comunidad internacional actúe y les ayude. Pero Abdulá no es un niño y su llamamiento apenas tendrá repercusión. A los gobernantes no les conmueven las peticiones de ayuda de hombres como Abdulá. 
A los gobernantes parece que le remueve algo su conciencia la muerte de un niño como Aylan. O mejor dicho, la fotografía de Aylan tendido sobre la arena de la playa mientras el agua le toca, le acaricia el rostro. Eso sí. Esa imagen devastadora parace que ha hecho reaccionar a unos gobernantes europeos que hasta ahora buscaban excusas para regatear con el número de asilados de guerra que aceptan acoger en sus países. Los políticos europeos, incluido el español, ahora aceptan aumentar el número de refugiados. A ver en qué queda todo.
El mismo día que la imagen de Aylan nos dejó conmocionados, conocimos a Kinan Masalmeh. Tiene 13 años. Ojos claros, grandes. Dejó Siria y se encuentra, junto a miles de compatriotas, retenido en Budapest por la polícía húgara. Habla en inglés porque su mensaje debe llegar a todo el mundo como así ha sido. Incluso para esos gobernantes que chapurrean este idioma sus palabras son claras. Es la voz de los refugiados, de los niños y de los adultos. "Por favor, ayuden a los sirios. Los sirios necesitan ayuda ahora. Sólo paren la guerra. Nosotros no queremos quedarnos en Europa. Sólo paren la guerra". Su llamamiento es conmovedor, desgarrador. La comunidad internacional, tiene razón Kinan, debe hacer algo para acabar con una de las mayores catástrofes de la historia reciente. 
Aylan Kurdi y Kinan Masalmeh, son las dos caras de una misma moneda, de un mismo drama. Ambos son niños, los dos nacieron en Siria. Y junto a sus respectivas familias dejaron su casa, su país, huyendo del horror de una guerra que tras más de cuatro años ha dejado 250.000 muertos, 10.000 son menores de edad; 11 millones de desplazados y cerca de cuatro millones de refugiados. 
Sólo un dato más: el 30 por ciento de los refugiados son niños como Aylan y Kinan. 
Como dice Unicef: 'La compasión debe ir unida a la acción'.

Aylan, portada de los periódicos de medio mundo.



martes, 1 de septiembre de 2015

LA UE SE RETRATA ANTE LA CRISIS HUMANITARIA DE LOS REFUGIADOS

Agosto ha sido un mes atípico informativamente hablando por la profusión de noticias que nos ha dejado. Pero ninguna tan dolorosa, tan alarmante, como la que protagonizan miles y miles de ciudadanos que huyen, sobre todo de Siria, pero también de los Balcanes, de Irak, de Afganistán, de Somalia, de Nigeria...países todos ellos donde gobierna el terror. Se marchan con lo puesto en busca de asilo. 
Imágenes desgarradoras de familias enteras huyendo a pie, en tren, en barco, con niños pequeños, algunos recién nacidos, que no entienden qué está pasando pero sienten la angustia de sus padres, el miedo. Imágenes de unos padres que, en su afán por dejar atrás el horror de gobiernos tiranos, de sanguinarios usurpadores del poder, de asesinatos indiscriminados en medio de guerras fraticidas, sólo quieren salvar la vida de sus hijos y, a la deseperada, dejan sus casas y piden ser acogidos en países de la Unión Europea donde la guerra se ve a través de la televisión. Mientras la comunidad internacional mira para otro lado, estas gentes buscan refugio hasta que pase el horror y puedan volver a sus casas, a sus trabajos, a sus estudios...a retomar sus vidas, en definitiva.
La Unión Europea, los políticos de esta cosa que se llama Unión Europea y que, cada vez tengo más claro que no sirve para nada, más que para hablar y tirarse a los trastos a la cabeza, ante la crisis de los refugiados, una vez más se retratan y demuestran su incapacidad para actuar con urgencia, buscar soluciones y acoger a quienes, por humanidad, lo necesitan. Reunión de emergencia de ministros del Interior de la UE. ¡De emergencia, dicen! Y la convocan para el 14 de septiembre. Mientras, miles de hombres, mujeres, niños, ancianos, se encuentran atrapados en Hungría, Grecia y los Balcanes. Ya hay más de 300.000 personas, ciudadanos, que piden asilo y tratan de llegar, sobre todo, a Alemania, Suecia, Austria.
Dice la ONU que estamos ante la "crisis humanitaria más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial". 
La canciller alemana Angela Merkel dice que su país está dispuesto a asumir el desafío de acoger a 800.000 solicitantes de asilo. Pero también reclama al resto de los países de la UE que el acogimiento de refugiados se haga de forma equitativa. Y es aquí donde el gobierno español, el gobierno de Rajoy, ha mostrado su cara más mezquina. Porque una sociedad solidaria como es la española, que ante las catátrofes se vuelca, asiste atónita a la negativa del Gobierno del PP de aceptar la propuesta de Bruselas de acoger a 6.000 refugiados, ciudadanos solicitantes de asilo. Dice Rajoy que España ya es muy solidaria y que no acogerá más de 3.000 porque ya tenemos mucha inmigración y mucho paro. Qué desfachatez y qué falta de sensibilidad. Qué vergüenza.
Los partidos de la oposición instan al Gobierno a que España acoja, al menos, a los 6.000 refugiados de los que habla Bruselas. Pero en el PP, como si oyen llover. Hablando de paro, que sigue sin resolver, o de inmigrantes, a los que devuelve a la primera de cambio. Como si fuera todo lo mismo. 
Al final, como siempre, quienes están realizando la verdadera labor humanitaria y solidaria son las ONGs, sobre el terreno, en los países donde se hacinan los refugiados. Trabajadores y voluntarios que asisten a las miles de familias que esperan salvarse viajando en trenes atestados, andando kilómetros y kilómetros campo a través, o cruzando la valla de alambres que Hungría ha colocado en su frontera con Siria. Las ONGs y muchos ciudadanos a título personal, con actos solidarios que emocionan. La sociedad, como ya es habitual, va un paso por delante de los políticos. 
Dice la ONU que estamos ante "la crisis humanitaria más importante de Europa desde la Segunda Guerra Mundial". Es hora, por tanto, de que los políticos de la UE se pongan a trabajar, a ganarse el sueldo buscando la manera de resolver este problema. Es hora de dejar el bla, bla, bla y pasar a la acción. Por ejemplo, aplicando políticas de cooperación con algunos de los países de origen de los refugiados, o persiguiendo de forma eficaz el tráfico de personas para evitar que circulen camiones atestados de personas. Camiones de la muerte como el que fue encontrado abandonado la semana pasada en una carretera austríaca cerca de la frontar con Hungría y en el que viajaban 71 personas. Había 59 hombres, ocho mujeres y cuatro menores. Todos, de nacionalidad siria, murieron asfixiados.
La ONU dice que estamos ante la "crisis humanitaria más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial", pero Rajoy sigue hablando de paro e inmigración.