domingo, 14 de febrero de 2016

LA DIMISIÓN DE LA LIDERESA, UN AVISO AL NAVEGANTE RAJOY

Esperanza Aguire ha dimitido. En domingo, a la hora de comer y avisando con poco tiempo. Y no un domingo cualquiera, sino el domingo 14 de febrero. Todo un "regalo" para Mariano Rajoy. Aguirre, en su hasta luego, que no hasta nunca, deja la Presidencia del PP de Madrid como respuesta a nuevas informaciones sobre corrupción relacionadas con el conocido escándalo de la trama Púnica, según ha contado ella. Es un gesto que, aunque algunos quieran criticar, a mí me parece que tiene su mérito, más allá de sus verdaderas razones, en un país donde la última vez que dimitió un político fue...ya ni me acuerdo. El verbo dimitir no se conjuga muy habitualmente entre nuestros representantes políticos, así que, aplaudo la decisión de la lideresa. 
Hasta aquí mi reconocimiento por esta mujer que hace sólo 72 horas salía a la puerta de la sede del PP en la madrileña calle Génova para decir, en otro improvisado encuentro con periodistas, que "no ha habido financiación ilegal en el PP de Madrid, que yo sepa" y que se mostró dispuesta a "colaborar a tope con la justicia". El juez Velasco que lleva el escándalo de la Púnica había ordenado el día anterior registrar las oficinas del partido regional. Un caso de corrupción que mantiene en la cárcel desde octubre de 2014 al que fuera mano derecha de la lideresa, Francisco Granados. Es ahora cuando ella decide asumir su "responsabilidad politica" por haberse equivocado con el nombramiento y por no haber vigilado más. Al registro hay que añadir que el viernes, la mismísima Aguirre compareció ante la comisión de investigación sobre corrupción política que hay en marcha en la Asamblea de Madrid para hablar de la Púnica y pese a los intentos de los diputados de los otros partidos por sacarle los colores, no se despeinó. 
Ni su comparecencia en la Asamblea, ni sus declaraciones deprisa y corriendo a las puertas de la sede, hacían presagiar la dimisión de Esperanza Aguirre este domingo de pasión. ¿Qué le ha hecho dar ese paso? ¿Por qué ahora? Ni idea. Es posible que las nuevas investigaciones judiciales sobre la Púnica sean tan graves que, efectivamente, demuestren una trama de financiación ilegal en el PP de Madrid que acabe arrastrando a todos, como ha ocurrido en Valencia, donde sólo se ha salvado por el momento la ex alcaldesa y actualmente senadora Rita Barberá. Igual Aguirre quiere sera la Barberá de Madrid. Desconozco las razones verdaderas de la lideresa para dar la campanada a la hora de la comida de un domingo; sobre todo, cuando ella misma ya había anunciado y ha recordado hoy que no se presentará a la reelección en el próximo congreso regional del partido, previsto para mayo. "Ya dije que no me iba a presentar". ¿Entonces? ¿Por qué no esperar? Habrá que estar atentos a los siguientes movimientos de Aguirre en el PP.
Me interesa más el mensaje que le ha mandado a Rajoy. Por cierto, el presidente del PP y presidente del Gobierno en funciones no cambiará nunca. Siempre tan escueto en sus mensajes. Del "sé fuerte" al "te entiendo" de hoy. "Te entiendo" ¿Eso es todo, Rajoy? Que estamos hablando de Esperanza, no de un mindundi del partido. Aguirre ha contado cómo ha sido todo. Que llamó por teléfono a Rajoy y que éste no le cogió el teléfono. Mal, Mariano, mal hecho. Ahora sabemos cuál ha sido tu mensaje, un lacónico "te entiendo". 
La lideresa, que no da puntada sin hilo, ha aprovechado para lanzar su aviso a navegantes, en particular, a Rajoy. Primero, porque no se puede ser más gráfica al explicar lo que le está ocurriendo al Partido Popular. "La corrupción nos está matando a todos". Se puede decir más alto pero no más claro. La corrupción se ha convertido en el principal problema de la política española y no hay partido que se libre, pero el PP se lleva la palma. 
Segundo mensaje de la lideresa, y este sí que ya me parece que iba directamente dirigido a Rajoy. "No es el tiempo de personalismos, sino de los sacrificios y las cesiones", ha dicho tajante, para el que quiera entender. 
¿Se dará por aludido Mariano Rajoy? ¿Tomará nota? No parece. Rajoy está empeñado en repetir hasta la saciedad que quiere presidir un gobierno apoyado por Ciudadanos y PSOE, cuando en realidad lo que intenta es una huida hacia adelante para salvarse él. 
De modo que el mensaje de Rajoy a Aguirre debería haber sido "Te entiendo, Esperanza, pero no lo comparto". 
Seguro que ahora saldrán muchos de los compañeros de filas de Aguirre y dirán que "es un gesto que le honra", "tiene nuestro apoyo", "todos estamos con Esperanza", y cosas así, pero ninguno seguirá sus pasos.

*Mientras escribo, compruebo que en torno a la dimisión se ha organizado un debate entre Podemos y Ciudadanos. Los dos se atribuyen la decisión de Aguirre, ya que ha sido tomada después de declarar ante la comisión de investigación sobre corrupción política de la Asamblea de Madrid, una comisión que ambos partidos dicen haber promovido;  lo que ninguno ha entendido es que Esperanza, cuando toma una decisión, no lo hace forzada por terceros sino por motivos puramente personales, pensando en su propio beneficio. Así que el debate entre C's y Podemos resulta estéril más allá de que, efectivamente, uno de los dos es el padre de tan loable iniciativa.

Esperanza Aguirre informa de su dimisión al frente del PP de Madrid.







domingo, 7 de febrero de 2016

EL "AHORA O NUNCA" DE PEDRO SÁNCHEZ

Le preguntaron a Pedro Sánchez en la gala de los Goya qué título pondría a la situación política actual, y el secretario general del PSOE contestó: "Ahora o nunca". Tiene razón. Es ahora o nunca que él pueda lograr unos acuerdos que le permitan contar con los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.
Desde que el día 2 de febrero el rey le propuso someterse a la investidura, el dirigente socialista está empeñado en ser el próximo inquilino de La Moncloa. "Voy a intentar formar gobierno", dijo un Sánchez ya más metido en su papel de futuro presidente del Gobierno y hombre de Estado, que de líder de la oposición. Y en eso anda con más ilusión que fortuna, todo hay que decirlo. Ilusión no le falta y asegura que "hay mimbres para una alianza progresista de cambio".
Dos días después de su paso por la Zarzuela comenzó la ronda de contactos con algunos de los dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria. Y es que ni el PP, ni los independentistas de ERC, DL y HB Bildu han sido llamados a consultas. Un error que parece que quiere tratar de subsanar de algún modo, al menos con el PP, al que dice que llamará en los próximos días. Esta exclusión supone 136 votos en contra de su investidura - 119 del PP y los 17 que suman los independentistas. Sánchez, que ya cuenta con 89 votos del grupo socialista, necesitaría 176 para salir investido en primera vuelta. Esa opción está descartada ya. Tiene la posibilidad de someterse a una segunda votación, 48 horas después de la primera, en la que le bastaría una mayoría simple de la Cámara, es decir, tener más votos a favor que en contra. Es en esa segunda votación donde Sánchez tiene fijadas sus esperanzas. De ahí su interés por llegar a acuerdos con los demás partidos. 
El PNV y sus seis diputados ya le han dicho que es muy probable que voten a favor de él ¿A cambio de qué? Ya lo sabremos cuando llegue el momento; los vascos son discretos en estas cosas. También IU-UP, con sus dos diputados, se ha mostrado dispuesta a votar a Sánchez si el programa que presente no se aleja demasiado del de la coalición. Y Compromís, con quien el PSOE ya gobierna en la Comunidad Velanciana, está dispuesto a pactar.
Todo eso está muy bien, pero lo que realmente necesita el secretario general del PSOE es el apoyo de Ciudadanos y de Podemos o, al menos, que uno de ellos se abstenga. Las posibilidades de que eso ocurra son escasas a tenor de las declaraciones de unos y otros. Es verdad que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, salió muy animado de su reunión con Sánchez; es verdad que el portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Juan Carlos Girauta, expresó en rueda de prensa su optimismo respecto a un posible acuerdo. Pero también es cierto que el viernes, después de la primera reunión de Cs y PSOE, mientras el portavoz socialista Antonio Hernando se mostró muy animado, el portavoz adjunto del partido naranja, José Manuel Villegas, dijo que había voluntad sí, pero que "será difícil llegar a un acuerdo". Vaya, vaya.Ya sabíamos, porque lo han repetido hasta la saciedad, que Ciudadanos nunca votará SI ni a Sánchez ni a Rajoy. Como mucho, sus 40 diputados se abstendrán. Y aunque dicen que no ponen líneas rojas, ya han adelantado que votarán en contra de Sánchez si éste llega a un acuerdo de Gobierno con Podemos o recibe el apoyo de los independentistas. No parece la mejor manera de llevar a buen puerto las negociaciones en marcha, pero cosas más raras se han visto y esto no ha hecho más que empezar. Ciudadanos juega también un poco a la ambigüedad, de "sí pero no, nosotros queremos llegar a acuerdos, pero a ver, porque claro, no todo vale". 
Más claros y contundentes son los de Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, directamente le ha dicho a Sánchez que deje de dialogar con Ciudadanos, o sus 65 diputados votarán en contra de su investidura. No entro en si el partido morado exige la vicepresidencia del Gobierno y cinco o seis ministerios - ya puestos a pedir que sean los más importantes -, porque está en su derecho a la hora de sentarse a negociar con el PSOE de presionar como mejor le parezca. Lo que me sorprende es el talante; mejor dicho, la falta de talante. "Que Sánchez no hable con Ciudadanos" es una exigencia impropia de un partido que se presenta como el adalid de la tolerancia, las libertades, la democracia, la igualdad...Esto sí que es de vieja política, como dicen en Cs, pero de la del PCUS. Comprendo que Alfonso Guerra hable de "niños malcriados", entre otras lindezas, al referirse a Iglesias y compañía. 
Así las cosas, y a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos los próximos días, hoy por hoy no puedo por menos que darle la razón al portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, cuando asegura que "a Sánchez no le salen las cuentas". Y el PP no le va a facilitar las cosas al dirigente socialista. Ya lo dijo Rajoy este fin de semana, "ahora parece que quieren llamarnos y hablar; les recibiremos como se merecen...pero votaremos no a la investidura de Sánchez". Este Rajoy es como el perro del hortelano. Ni come ni deja comer. No quiso aceptar la propuesta del rey hace dos semanas para someterse a la investidura y ahora que se la ofrece a Sánchez dice que es él, Mariano Rajoy, quien debe presidir un gobierno de coalición formada por PP, PSOE y Cs, porque el PP fue el partido más votado en las elecciones generales del 20D. "Tarde piache", que dicen en su tierra. 
Lo mejor que podría hacer Rajoy es dejarse de historias y permitir gobernar a Pedro Sánchez, con la abstención del Grupo Popular; total, qué más le da al presidente en funciones, si esta va a ser una legislatura corta. Además, el PP podría aprovechar para hacer limpieza, porque no sé cómo sobrevive con tantos casos de corrupción. El último escándalo que hemos conocido, en el PP de Valencia, ya es de traca, y no lo digo con segundas. 
¿Vamos a unas nuevas elecciones? Esa es la pregunta del millón. Según las encuestas publicadas, el resultado sería más o menos el mismo que el 20 de diciembre, con un PP como fuerza más votada pero sin mayoría suficiente para gobernar. Por lo tanto, no veo cómo puede interesarles a los populares repetir los comicios. Otra cosa es Podemos. Algunas encuestas apuntan a que el partido morado sería el segundo más votado por delante del PSOE, y eso sí podría interesarle al partido de Pablo Iglesias, que no tendría ningún problema en buscar como socios de gobierno a los independentistas y a IU. 
Esta semana que comienza va a ser crucial para ver dónde se sitúa cada partido, para que sus señorías se retraten y demuestren qué clase de políticos son: defensores del diálogo y la negociación o intransigentes y necios. 

Pedro Sánchez.