Hace apenas un par de días hablaba en este
mismo blog de Rodrigo Rato, alertando de que lo peor podría estar por llegar,
tras conocerse que se había acogido a la amnistía fiscal de 2012. Entonces
expresé mi decepción. Hoy no oculto mi estupor. Porque lo peor, hasta ahora,
llegó ayer con la detención del ex dirigente político.
En vivo y en directo fuimos testigos del
amplio despliegue policial a las puertas de su domicilio, mientras en el
interior del inmueble los agentes de Vigilancia Aduanera, dependiente la
Agencia Tributaria, registraban la residencia del ex vicepresidente del
Gobierno de Aznar, ex ministro de Economía y Hacienda, ex director gerente del
Fondo Monetario Internacional y ex presidente de Bankia.
Horas después, las televisiones nos
ofrecieron también en directo la salida de un Rodrigo Rato cabizbajo, escoltado
por un funcionario de Vigilancia Aduanera. Se produjo entonces una imagen que
ha dado la vuelta al mundo. La que recoge el instante en el que el funcionario
le pone a Rato la mano en la cabeza en el momento de introducirse en el coche
que le llevaría a su despacho para proseguir con el registro. Como si el ex
político no fuera capaz de entrar en el coche por su propio pie. ¿Era necesaria
esa puesta en escena? Por lo visto no, porque esta mañana Rato, que regresó a
su casa pasada la media noche, ha salido de su domicilio para volver a su
despacho donde continuaba el registro. Esta vez ha ido en su coche con sus
escoltas. No había ningún funcionario para ayudarle a entrar en el coche. Pues
eso.
Desde el punto de vista judicial, la
Fiscalía Anticorrupción que ordenó los registros, ha trasladado la
investigación al juzgado número 31 de Plaza de Castilla. Será el juez Antonio
Serrano quien siga la instrucción y decida, en función de la documentación, si
llama o no a declarar a Rodrigo Rato por un presunto delito fiscal, otro de
blanqueo de capitales y un tercero de alzamiento de bienes. Rato asegura que
confía en la justicia y que no ha cometido ningún delito, según informa EFE.
Habrá que espera, entonces.
En el ámbito político la detención de
Rato ha producido un verdadero terremoto. Y no es para menos. Sin perder de
vista que estamos a un mes y poco de las elecciones autonómicas y locales, no
sorprende que la oposición quiera sacar rédito de este golpe que ha dado en la
línea de flotación del PP. Por lo pronto, ya hay peticiones para que dimita el
ministro de Economía y Hacienda. Cristóbal Montoro. Para que el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca en el Parlamento y ofrezca explicaciones.
Sin duda, Rajoy no puede hacer como si nada y debería dar explicaciones, porque
hay muchas preguntas sin respuesta relacionadas con el funcionamiento de la
Fiscalía, de la Agencia Tributaria, y del conocimiento o no del Gobierno en
torno a este caso.
La oposición pide también que se apruebe
una comisión de investigación y se haga pública la lista en la que, además de
Rato, hay otras 704 personas que están siendo investigadas por el Servicio
Ejecutivo de Prevención y Blanqueo de Capitales, conocida como Sepblac. Todos
ellos, acogidos a la amnistía fiscal y conocidos como PEP, porque son
contribuyentes que tienen o han tenido cargos públicos relevantes. Pues, sí,
parece urgente cambiar la legislación y conocer los nombres de la famosa lista.
¿O tenemos que esperar a que Anticorrupción vaya ordenando con cuentagotas el registro
de los domicilios de las 704 personas restantes? Porque imagino que es lo que
va a hacer...
Mientras la oposición pide que rueden
cabezas, en el Gobierno y en el PP, saben que la detención de Rato es muy
probable que empeore sus expectativas de voto. Para tratar de minimizar los
efectos el 24 de mayo y darle la vuelta a la tortilla, ya han empezado a lanzar
sus mensajes: "La investigación no tiene que ver con la amnistía fiscal. Es
producto de la Agencia Tributaria", ha dicho el ministro de Economía y
Hacienda, Cristóbal Montoro, en la rueda de prensa posterior al Consejo de
Ministros. "La Agencia Tributaria es independiente y actúa, haya o no haya
elecciones, y con independencia de que afecte a unos u otros políticos, pero
esto es un caso de un particular, de una persona que no tiene responsabilidades
políticas", ha dicho la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
¿Servirá de algo? ¿Le viene bien la
detención de Rato al PP, como dicen algunos? ¿Se le volverá en contra todo esto
al principal partido de la oposición?
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