Le preguntaron a Pedro Sánchez en la gala
de los Goya qué título pondría a la situación política actual, y el
secretario general del PSOE contestó: "Ahora o nunca". Tiene
razón. Es ahora o nunca que él pueda lograr unos acuerdos que le permitan contar
con los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.
Desde que el día 2 de febrero el rey le
propuso someterse a la investidura, el dirigente socialista está empeñado en
ser el próximo inquilino de La Moncloa. "Voy a intentar formar
gobierno", dijo un Sánchez ya más metido en su papel de futuro presidente
del Gobierno y hombre de Estado, que de líder de la oposición. Y en eso anda con más ilusión que fortuna,
todo hay que decirlo. Ilusión no le falta y asegura que "hay mimbres para una alianza progresista de cambio".
Dos días después de su paso por la
Zarzuela comenzó la ronda de contactos con algunos de los dirigentes de los
partidos políticos con representación parlamentaria. Y es que ni el PP, ni los independentistas
de ERC, DL y HB Bildu han sido llamados a consultas. Un error que parece que
quiere tratar de subsanar de algún modo, al menos con el PP, al que dice que
llamará en los próximos días. Esta exclusión supone 136 votos en contra de su
investidura - 119 del PP y los 17 que suman los independentistas. Sánchez, que
ya cuenta con 89 votos del grupo socialista, necesitaría 176 para salir
investido en primera vuelta. Esa opción está descartada ya. Tiene la
posibilidad de someterse a una segunda votación, 48 horas después de la
primera, en la que le bastaría una mayoría simple de la Cámara, es decir, tener
más votos a favor que en contra. Es en esa segunda votación donde Sánchez
tiene fijadas sus esperanzas. De ahí su interés por llegar a acuerdos con los
demás partidos.
El PNV y sus seis diputados ya le han dicho que es muy probable
que voten a favor de él ¿A cambio de qué? Ya lo sabremos cuando llegue el
momento; los vascos son discretos en estas cosas. También IU-UP, con sus dos
diputados, se ha mostrado dispuesta a votar a Sánchez si el programa que
presente no se aleja demasiado del de la coalición. Y Compromís, con quien el PSOE ya gobierna en la Comunidad Velanciana, está dispuesto a pactar.
Todo eso está muy bien,
pero lo que realmente necesita el secretario general del PSOE es el apoyo de
Ciudadanos y de Podemos o, al menos, que uno de ellos se abstenga. Las posibilidades de que eso ocurra son
escasas a tenor de las declaraciones de unos y otros. Es verdad que el
presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, salió muy animado de su reunión con
Sánchez; es verdad que el portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Juan Carlos Girauta, expresó en
rueda de prensa su optimismo respecto a un posible acuerdo. Pero también es
cierto que el viernes, después de la primera reunión de Cs y PSOE, mientras el
portavoz socialista Antonio Hernando se mostró muy animado, el portavoz adjunto del partido naranja, José Manuel
Villegas, dijo que había voluntad sí, pero que "será difícil llegar a un
acuerdo". Vaya, vaya.Ya sabíamos, porque lo han repetido hasta
la saciedad, que Ciudadanos nunca votará SI ni a Sánchez ni a Rajoy. Como
mucho, sus 40 diputados se abstendrán. Y aunque dicen que no ponen líneas rojas, ya han adelantado que
votarán en contra de Sánchez si éste llega a un acuerdo de Gobierno con Podemos
o recibe el apoyo de los independentistas. No parece la mejor manera de llevar a buen puerto las negociaciones en marcha, pero cosas más
raras se han visto y esto no ha hecho más que empezar. Ciudadanos juega también un poco a la ambigüedad, de "sí pero no, nosotros queremos llegar
a acuerdos, pero a ver, porque claro, no todo vale".
Más claros y contundentes son los de
Podemos. Su líder, Pablo
Iglesias, directamente le ha dicho a Sánchez que deje de dialogar con
Ciudadanos, o sus 65 diputados votarán en contra de su investidura. No entro en
si el partido morado exige la vicepresidencia del Gobierno y cinco o seis
ministerios - ya puestos a pedir que sean los más importantes -, porque está en
su derecho a la hora de sentarse a negociar con el PSOE de presionar como mejor le parezca. Lo que me sorprende es
el talante; mejor dicho, la falta de talante. "Que Sánchez no hable con
Ciudadanos" es una exigencia impropia de un partido que se presenta como el
adalid de la tolerancia, las libertades, la democracia, la igualdad...Esto sí
que es de vieja política, como dicen en Cs, pero de la del PCUS.
Comprendo que Alfonso Guerra hable de "niños malcriados", entre otras lindezas, al referirse
a Iglesias y compañía.
Así las cosas, y a la espera de cómo se
desarrollen los acontecimientos los próximos días, hoy por hoy no puedo por
menos que darle la razón al portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael
Hernando, cuando asegura que "a Sánchez no le salen las cuentas". Y
el PP no le va a facilitar las cosas al dirigente socialista. Ya lo dijo Rajoy
este fin de semana, "ahora parece que quieren llamarnos y hablar; les
recibiremos como se merecen...pero votaremos no a la investidura de
Sánchez". Este Rajoy es como el perro del hortelano.
Ni come ni deja comer. No quiso aceptar la propuesta del rey hace dos semanas
para someterse a la investidura y ahora que se la ofrece a Sánchez dice que es
él, Mariano Rajoy, quien debe presidir un gobierno de coalición formada por PP,
PSOE y Cs, porque el PP fue el partido más votado en las elecciones generales
del 20D. "Tarde piache", que dicen en su tierra.
Lo mejor que podría hacer Rajoy es dejarse de historias y permitir gobernar a
Pedro Sánchez, con la abstención del Grupo Popular; total, qué más le da al presidente en funciones, si esta va a ser una legislatura corta.
Además, el PP podría aprovechar para hacer limpieza, porque no sé cómo sobrevive con tantos casos de corrupción. El último escándalo que hemos conocido, en el PP de Valencia, ya es de traca, y no lo digo con segundas.
¿Vamos a unas nuevas elecciones? Esa es la
pregunta del millón. Según las encuestas publicadas, el resultado sería más o
menos el mismo que el 20 de diciembre, con un PP como fuerza más votada pero
sin mayoría suficiente para gobernar. Por lo tanto, no veo cómo puede
interesarles a los populares repetir los comicios. Otra cosa es Podemos. Algunas encuestas apuntan
a que el partido morado sería el segundo más votado por delante del PSOE, y eso
sí podría interesarle al partido de Pablo Iglesias, que no tendría ningún
problema en buscar como socios de gobierno a los independentistas y a IU.
Esta semana que comienza va a ser crucial para ver dónde se sitúa cada partido, para que sus señorías se retraten y demuestren qué clase de políticos son: defensores del diálogo y la negociación o intransigentes y necios.
Pedro Sánchez.
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