martes, 26 de mayo de 2015

ELECCIONES 24-M: RAJOY, DON ERRE QUE ERRE

Suele ser costumbre entre los partidos decir que han ganado las elecciones aunque las hayan perdido. Eso es lo que ha hecho el PP a pesar de los malos resultados obtenido en las urnas el 24 de mayo. 
Apenas un día después de las elecciones, el presidente del PP, Mariano Rajoy, sorprendió a todos con una comparecencia ante los medios. ¡Y con preguntas! La sede nacional del PP en Madrid a tope, llena de periodistas. ¿Y qué dijo Rajoy? Pues que habían ganado, aunque no como ellos hubiesen querido. 
"El PP es la primera formación política. No son los resultados deseados, porque hemos tenido una notable pérdida de votos, pero seguimos siendo la opción más votada". "Hemos ganado en 39 de las 50 capitales de provincia y en nueve de las 13 comunidades autónomas". "¡Una victoria incuestionable!", dijo el líder popular. ¿Incuestionable?
Siendo como ha sido el PP el partido más votado, podría decirse sin embargo que es uno de los partidos derrotados este 24-M. Y esto es así porque ha perdido dos millones y medio de votos respecto a 2011; porque ha perdido 10 mayorías absolutas autonómicas y más de 500 municipios. Porque ha perdido gran parte del poder que obtuvo en 2011, y en política lo que importa es el poder. 
La ausencia de mayorías absolutas ha hecho estragos en plazas que durante años habían sido feudos incontestables del PP, como Madrid, Valencia, Valladolid, Cádiz o Aragón. Resultados muy malos que casi con total seguridad dejarán fuera del gobierno a destacados dirigentes populares. 
Es el caso de la lideresa Esperanza Aguirre. La misma que hace unos días, en Espejo Público, aseguraba que iba a obtener mayoría absoluta. La misma que despreciaba a su principal contrincante, Manuela Carmena, con acusaciones falsas. Aguirre está todavía digiriendo el sapo de las urnas y sólo le queda envainársela. Aceptar que su nuevo papel es el de lideresa de la oposición, porque todo apunta a que Carmena, con los 20 concejales de Ahora Madrid y los seis concejales del PSOE, será la nueva alcaldesa de la capital. Una juez con una carrera intachable, dispuesta a recuperar la decencia en la capital y a mantener una charla con Aguirre, de "abuela a abuela". Aguirre, a quien le ha perdido la soberbia, haría bien en aprender de la humildad de Carmena. 
Junto a Aguirre, otro batacazo es el que se ha llevado la eterna alcaldesa de Valencia. Rita Barberá. "Qué hostia", reconoció en privado la regidora. Pues sí. Después de 20 años haciendo y deshaciendo a su antojo, sin que nadie le rechistara, tiene un pie fuera de la alcaldía. Es verdad que el PP ha sido la lista más votada pero también es verdad que Rita Barberá no tiene con quién pactar. Y menos después de cómo plantea el diálogo. Dice que va a hablar con las fuerzas políticas que considere para tratar de llegar a un “acuerdo de Estado frente al radicalismo”. ¡Empezamos bien! Dicen en los mentideros de la ciudad del Turia que Barberá no tiene intención de ejercer de jefa de la oposición. Que no está dispuesta a ver cómo otra persona ocupa el sillón del consistorio que durante dos décadas ha estado en su poder. El radicalismo al que se refiere debe ser Compromís, la segunda fuerza más votada el 24-M. Está claro que no ha entendido nada.  
¿Y qué decir del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva? Otro que no parece haber aceptado con mucha deportividad su más que probable salida de la Alcaldía, después de otros 20 años en ella, con imputación incluida. Este representante del PP más rancio, dijo en la noche electoral tras finalizar el escrutinio, que "mañana empezarán a reunirse los perdedores e intercambiarán cromos". Esos "perdedores" son las tres formaciones de izquierda que seguramente llegarán a acuerdos para gobernar. Otro que no ha entendido el mensaje de los votantes. Veinte años también lleva la popular Teófila Martínez como alcaldesa de Cádiz. Veinte años que han llegado a su fin tras las elecciones del domingo. 
El PP también se ha quedado fuera de importantes gobiernos autonómicos. En Extremadura, José Antonio Monago, admitió en seguida su derrota. "He hecho todo lo que he podido". Si ya era duro para el rey del rap y del hip-hop haber perdido, más duro debió de resultarle ver cómo el presentador de una televisión tuvo la disparatada idea de pedir una valoración de estos resultados a la ex de Monago. Sí, la misma de la que tuvimos noticia por los famosos viajes que el dirigente popular hacía a Canarias siendo senador por Extremadura. "A cada cerdo le llega su sanmartín", dijo la entrevistada. No parece muy partidaria de Monago, que digamos. 
En Aragón, Luis Fernanda Rudi, también se ha quedado a las puertas de conseguir la mayoría suficiente para seguir gobernando. Como María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, Alberto Fabra en la Comunidad Valenciana, José Ramón Bauzá en Baleares, y Pedro Antonio Sánchez en la Región de Murcia. 
En el reino de los ciegos, el tuerto es el rey. Pues Cristina Cifuentes es el tuerto. Al igual que sus compañeros de partido ha perdido la mayoría absoluta que el PP tenía en la Comunidad de Madrid, pero ha quedado muy por delante del segundo partido más votado, el PSOE. Así que ella confía en lograr apoyos suficientes para gobernar en minoría. Cifuentes se llevó una doble alegría la noche del 24. Por un lado, ser la fuerza más votada y por otro lado, tener la satisfacción de haberle sacado 5.000 votos de ventaja a su compañera de partido. Esperanza Aguirre. Es de sobra conocida la poca sintonía entre la lideresa y Cifuentes, así que a la primera ocasión que ha tenido esta última, ha dejado caer la artillería contra Aguirre. "Esperaba que Aguirre sacara mejores resultados", dijo Cifuentes en una entrevista. A la presidenta del PP de Madrid le habrá encantado oír eso. Segundo sapo para Aguirre. 
Así que con estos resultados, el presidente del PP decidió salir del escondite que le mantuvo fuera de los focos la noche electoral. Después de reunir al Comité Ejecutivo Nacional de su partido, él mismo dio la cara. Algo inusual. Hacía dos años que no comparecía en la sede nacional del partido. Y lo hizo para afirmar que el PP es el partido más votado y admitir algunos errores de comunicación. A partir de ahora, dijo, más cercanía, más transparencia y mejor comunicación. Por si había alguna duda, él mismo salió de detrás del plasma y se sometió a las preguntas de los periodistas. De tres periodistas, sí, pero por algo se empieza. 
Rajoy achacó la pérdida de votos al desgaste típico de un gobierno que ha tenido que tomar medidas impopulares, porque "no es fácil ni gratificante gobernar en tiempos de crisis". Y si en campaña aseguraba que "ya nadie habla del paro", ayer dijo que el objetivo del PP es llegar a pactos con dos objetivos claros: reducir el objetivo de déficit y luchar contra el paro. Vaya, ahora sí hablamos de paro.
Este es un país donde la palabra dimitir no forma parte del vocabulario de los políticos. Se cuentan con los dedos de una mano los que han dimitido en la etapa democratica. En un país donde lo importante no fuera aferrarse al sillón, la misma noche electoral se hubieran sucedido las dimisiones. En el PP y en los demás partidos derrotados. El propio Rajoy ha dicho que no va a plantear cambios, ni en los órganos directivos del partido ni mucho menos en el gobierno. Y como nadie ha dicho, me voy porque los resultados electorales han sido muy malos, todo va a seguir igual en el PP. 
Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y Rajoy dijo ayer que está tranquilo y que cree que se va a presentar a la reelección, porque entiende que de aquí a otoño el partido será capaz de recuperar a los votantes que el 24 de mayo le han dado la espalda. 
¿De verdad en el PP han entendido el mensaje de las urnas?

   








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