sábado, 23 de mayo de 2015

DE COSPEDAL A SÁNCHEZ, ANECDOTARIO DE CAMPAÑA

En esta jornada de reflexión no es fácil abstraerse de la política y de las elecciones, con los medios de comunicación informando sobre el último día de campaña. Portadas con llamamientos de los líderes. Suplicantes algunos, amenazantes otros. "Cuidado con lo que votas", "No te equivoques al elegir la papeleta", "Si gana este partido no habrá más elecciones democráticas", "Votar a ese partido es votar a los de siempre". Mientras, los políticos pasan un día callados, en familia, rezando en silencio a su santo favorito o encomendándose a las energías del universo, según les dé, para que este domingo su partido sea el más votado, para que los indecisos se decanten por sus candidatos. 
No son estas unas elecciones al uso. Hasta ahora, PP y PSOE, eran los grandes adversarios, mientras otros partidos se conformaban con las migajas. Ahora no. Ahora, a PP y PSOE se suman Podemos y Ciudadanos como serios adversarios a los que tener en cuenta. El escenario es diferente y quizá, por eso, durante esta campaña las anécdotas han dado paso a un final de campaña virulento y con acusaciones subidas de tono.
Como es día de reflexión lo mejor es recordar algunas anécdotas de la campaña, empezando por la secretaria general del PP y candidata a la reelección a la Presidencia de Castilla-La Mancha. “Hemos trabajado mucho para saquear nuestro país”, dijo María Dolores de Cospedal. Qué verbo más desafortunado teniendo en cuenta los “saqueos” que cada día aparecen en las noticias. Cospedal ya tuvo un lapsus similar en 2012 al decir que el PP hacía "una política económica, presupuestaria y social para saquear a Castilla-La Mancha".  Y qué decir de ese otro tropiezo, esta vez geográfico, durante un mitin junto al presidente extremeño, José Antonio Monago, que dejó a todos pasmados: “Encantada de estar aquí en las Hurdes, en Andalucía”.
El propio Monago, candidato a la reelección, comenzó su campaña con un rap imposible, siguió anunciando que el hip hop será asignatura en los colegios extremeños y terminó con un autobús de campaña atascado en un arco con cinco siglos de historia, que quedó un poco perjudicado. En el PP, otro lapsus fue el de Clara San Damián, candidata a la Alcaldía de Zamora. "No vamos a fallar a los ciudadanos como tampoco el  Partido Popular ha follado a los españoles", dijo. El PP de Castilla-La Mancha, la misma región donde manda Cospedal, emitió una nota en la que se leía que “los gobiernos de Barreda (ex presidente socialista) y Rajoy dejaron una herencia ruinosa con 230.000 parados en nuestra región". En una nota posterior se rectificó, sustituyendo a Rajoy por el socialista García-Page.
Lapsus también el del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Defensor del diálogo, de situarse en el centro político y de hacer una nueva política y de cambio sensato, en un mitin le escuchamos decir que “lo que necesita España es venganza, no Justicia”.


En el PSOE, Pedro Sánchez ha viajado por toda España con Juana y Valeria. Gracias a un reportaje simpatiquísimo de El Objetivo, de Ana Pastor, las hemos conocido. En sus primeras intervenciones el secretario general del PSOE decía: “os voy a contar algo” y hablaba de Juana.  Desempleada unas veces, trabajadora en otras, con un sueldo de miseria; con hijos, sin hijos… vivía en Zaragoza, en Mérida, en Castellón… Juana, siempre Juana. Víctima de las políticas del PP, de los recortes, de la reforma laboral. Juana, con la que Sánchez decía haber hablado.
A mitad de campaña, Sánchez, no sabemos muy bien por qué, cambió a Juana por Valeria. Comenzó a referirse a Valeria. Una Valeria que tan pronto tenía un trabajo mal pagado como tenía que pluriemplearse para sobrevivir, o estaba en la cola del paro. Valeria malviviendo en Barcelona o en Alcorcón, incluso en Santiago de Compostela. “Me lo ha contado la madre de Valeria”, decía Sánchez. Un día Sánchez dudó, empezó a contar la historia pero no se acordaba del nombre. “Se llama…no lo recuerdo bien, creo que se llama Verónica…no lo recuerdo bien”.
“¿Pero con quién habla esta gente?, se preguntaba Sánchez después de contar, mitin tras mitin, la mala vida que llevaban Juana y Valeria por culpa de las políticas del PP.  Tengo claro que los populares hablan con la niña de Rajoy. Lo que me pregunto es con quién hablaba realmente Sánchez. Y lo que es más importante aún, quién le ha llevado la campaña a Sánchez, quién le ha escrito las intervenciones y quién se ha inventado a Juana y a Valeria o Verónica.
Por lo demás, la campaña nos ha dejado imágenes como las de Rajoy, Aguirre y Cifuentes en bicicleta o vídeos caseros con músicas. Lo normal, vamos. Por no hablar de los actos con obsequios como los condones que repartía el alcalde de Getafe, el popular Juan Soler. “Sensibilidad y eficacia”, era su lema. O los perritos calientes a los que invitó en un mitin la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
Esto me recuerda que en la reciente campaña electoral en el Reino Unido, la policía abrió una investigación y tomó declaración a un candidato del UKIP por ofrecer salchichas de hojaldre, muy populares en el país, en una fiesta celebrada en plena campaña. La hospitalidad podía haberle costado, además de una multa, la propia candidatura, pues la legislación electoral es muy clara al respecto: los candidatos que antes, durante o después de la campaña ofrezcan comida, bebida o diversión pueden incurrir en un posible delito de “intento de corrupción” para influir en el voto de los ciudadanos agasajados. Igualito que en España, donde hemos pasado de los bocadillos a los perritos calientes.


                                                                                      



                                                                                           







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