viernes, 12 de junio de 2015

EL PULSO DE LA EX DUQUESA CRISTINA A SU HERMANO FELIPE

La infanta Cristina ya no es duquesa de Palma de Mallorca.  
El Boletín Oficial del Estado ha publicado hoy el real decreto por el que se le retira el ducado de Palma de Mallorca. Una noticia con gran repercusión, de la que tuvimos conocimiento anoche, ya bastante tarde, cuando la Casa del Rey emitió un comunicado informando de la decisión de Felipe VI de revocarle el uso del título a su hermana. 
Asistimos así a un nuevo capítulo en el distanciamiento entre la Casa del Rey y la infanta Cristina debido a la complicada situación procesal de la hasta ahora duquesa de Palma de Mallorca y su marido, el duque Em-palmado, como le gustaba firmar a Iñaki Urdangarín los correos que le enviaba a su amigo y socio Diego Torres. Los tres están imputados en el caso Nóos.
Si no esperábamos la noticia de la revocación del ducado, menos aún la polémica suscitada por los protagonistas. La decisión de retirarle el ducado a Cristina ha sido cosa de Felipe, según Zarzuela. No, no, ha sido voluntad de la propia infanta, ha asegurado el abogado de ésta, Miquel Roca. De eso nada, ha sido el rey, insisten en Zarzuela. No, fue Cristina de Borbón quien le mandó una carta escrita de su puño y letra a su hermano Felipe y fechada el 1 de junio, en la que le anunciaba su decisión de renunciar, no sin pena, al ducado que con tanta alegría y cariño han llevado ella y Urdangarín desde 1997, cuando se lo otorgó el rey Juan Carlos con motivo de su matrimonio. Qué va, si la carta llegó a palacio después de que se firmara el real decreto, mantienen desde Casa Real.
Pobre Felipe. Seguro que su idea era poner la guinda a su primer año de reinado con este golpe de efecto. Y es que la retirada del título a su hermana, qué casualidad, se ha producido a pocos días de que se cumpla el primer año de su proclamación como rey de España. Seguro que a Felipe le hacía ilusión que se hablara de este gesto, dejando claro que él no quiere saber nada de su hermana imputada. Sobre todo porque en las últimas semanas se había hablado de un posible acercamiento entre los hermanos. Ambos coincidieron en el funeral de uno de los hijos del rey de Bulgaria y se ha sabido también que Felipe invitó a Cristina y a su hija Irene a la comida en Palacio con motivo de la comunión de la princesa Leonor. Con lo bien que había quedado el rey con la revocación del ducado. 
Lástima que Cristina lo haya estropeado con la polémica creada, con esa carta de renuncia debidamente filtrada a los medios. Qué papelón, la verdad. Desde que estalló el caso Nóos en 2011, primero Juan Carlos y después Felipe han intentado que el caso Nóos no salpique a la Corona. El rey Juan Carlos le aconsejó a su hija en un primer momento que dejara a Urdangarín comerse el marrón judicial él solito. Incluso la animó a separarse de él. Ella dijo que nones. Que en esto y en todo, ella y su marido iban en el mismo barco. Después llegaron los gestos de desaprobación. Don Juan Carlos diciendo que la ley es igual para todos, en clara alusión a su yerno. Se habló también de la actuación "impropia" por parte de Urdangarín, y a continuación se apartó al duque de los actos oficiales. Incluso se le borró de la página web de la Casa Real. 
Cuando las cosas comenzaron a ponerse feas para la infanta Cristina, cuando la imagen de la hija del rey entrando a declarar en los juzgados de Palma dio la vuelta al mundo, Juan Carlos y Felipe acordaron que la infanta debía también dejar de participar en actos oficiales. Y dejamos de verla. La última foto de la familia real al completo fue en verano de 2011. 
Hace seis meses, el juez Castro cerró la instrucción del caso Nóos imputando a Iñaki Urdangarín de siete delitos y a la infanta de dos, delito fiscal y blanqueo de capital. Es probable, pero no seguro, que ella acabe sentándose en el banquillo de los acusados. Él no se libra. Así que ya con la infanta imputada, Felipe fue proclamado rey en un acto solemne al que no asistió Cristina. Tampoco se les ha vuelto a ver por Mallorca en verano. Las relaciones de Don Juan Carlos con su hija son casi inexistentes, muy a su pesar. Felipe y Cristina, en tiempos los hermanos inseparables, no se tratan porque al igual que Juan Carlos, el nuevo rey antepone la estabilidad de la Corona a su vida personal. 
En todo este tiempo, primero Juan Carlos y después Felipe han pedido insistentemente a Cristina que renuncie a sus derechos dinásticos. Ella, como si oye llover. Que no, que no ha hecho nada, que es inocente, que todo es una injusticia, que está siendo perseguida y que todo es producto de una conspiración por parte del sindicato Manos Limpias. Al juez instructor, José Castro, los abogados de la infanta y el fiscal del caso, que ha actuado más como abogado de Cristina que como representante del ministerio público, le han llamado de todo menos bonito. 
Quién les iba a decir a Juan Carlos y a Felipe que esa boda celebrada en Barcelona en 1997 traería de cabeza a la Corona años después. Con aquellas imágenes en las que se respiraba felicidad y amor por todas partes. Los reyes emocionados con la boda de su segunda hija, felices de verla junto a ese apuesto chico, jugador de balonmano, miembro de la selección española, que conoció a la infanta en unos juegos olímpicos. Qué tiempos aquellos en los que Iñaki era el yerno perfecto. Alto, guapo, vasco, de buena familia. En fin, nadie imaginaba que el cuento se convertiría en pesadilla. En la actualidad, Cristina de Borbón ni siquiera forma parte de la familia real, ya que así lo decidió Felipe tras su proclamación como rey. 
Hoy se ha escrito un nuevo capítulo en la vida de la infanta Cristina. Queda por saber si acabará renunciando a sus derechos dinásticos o se mantendrá en sus trece, incluso cuando comience el juicio del caso Nóos. Cabe la posibilidad de que a ella se le aplique la doctrina Botín y no tenga que sentarse en el banquillo, pero puede que se le aplique la doctrina Atutxa y sí tengamos que verla junto a los demás procesados en el caso. Lo que está claro es que no entrará en prisión por los dos delitos que se le imputan. 
Otra cosa es la situación de su marido, acusado de seis delitos que suman más de 20 años de cárcel. Hay quien mantiene que el ex Duque Em-Palmado entrará en prisión. Yo sigo pensando que, por mucho que estén cambiando las cosas, por mucho que Felipe VI hable de una monarquía renovada, mientras Iñaki sea el cuñado del rey, no entrará en prisión.  Demasiado para la monarquía. De hecho, ahí está, viviendo fuera de España. A otros, por menos, les retiran el pasaporte. 

     Última fotografía oficial en la que aparecieron Cristina e Iñaki junto a los demás miembros de la familia real, en Palma de Mallorca, el verano de 2011, 


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